Calle Nueva, el éxito de la especialización

Una de las vías más antiguas recibe progresivamente nuevos negocios que, ante el caro alquiler de Larios, la identifican como "un escenario idóneo" para su desarrollo

Dos de las zapaterías que pueden encontrarse a lo largo de calle Nueva.
Lorena Avilés Málaga

29 de agosto 2013 - 01:00

Calle Nueva puede presumir de ser una de las vías más antiguas de Málaga. Se inauguró en 1491 y hasta que Larios no se convirtió en la gran obra de ensanche del centro en 1891, era la parte comercial de la ciudad por excelencia. Dicen que en la especialización está el éxito, y conocida como "la calle de las zapaterías", consigue que día a día todo el que va de compras, encuentre lo que busca. Sin embargo, los comerciantes que han visto la evolución de este enclave desde sus inicios, aseguran que la característica de encontrar más zapaterías que otro tipo de negocios es resultado del empujón que ha sentido la avenida en comparación en los últimos tiempos.

Clemente Solo de Zaldívar, propietario de Zalalys, negocio que se mantiene en pie desde 1850, afirma que "la abundancia de zapaterías es de los últimos años, tal vez de la última década. Pero en esencia, calle Nueva siempre se ha caracterizado por la diversidad de productos que ofrecía". Clemente señala la camisería Valero como otro de los comercios más longevos de la calle porque sobrevive desde 1940. Pero igualmente para Clemente, es innegable que pasear por esta vía significa encontrarte un alto porcentaje de tiendas de calzado en comparación con otro tipo de servicios: ropa, golosinas, telefonía móvil, tiendas de cosméticos... de ahí que se haya quedado con el renombre de "la de las zapaterías".

Aproximadamente el 90% de los comercios que en la actualidad pueden verse a lo largo de sus 190 metros de longitud han abierto sus puertas recientemente. Ha ocurrido algo similar a la evolución de la calle aledaña, Larios. En relación a ésta, la consultora Cushman&Wakefield elabora cada año un informe sobre las principales calles comerciales del mundo. A pesar de que la principal vía malagueña continúa ocupando un lugar en el ranking, el último estudio revela que del quinto lugar ha caído hasta el octavo puesto. El citado informe también refleja los datos de junio del año pasado entre los que destaca el precio por metro cuadrado del alquiler: 145 euros.

Con esta cifra como telón de fondo, se puede entender que los nuevos empresarios del centro de la ciudad encuentren en calle Nueva el escenario idóneo para su desarrollo. Algo parecido ha sucedido incluso en la calle Granada, donde se han ubicado varias heladerías y restaurantes.

Remedios, malagueña de 65 años, comenta que ha visto el resurgir de calle Nueva desde hace un tiempo. Todos los días pasa por esta zona "porque además de formar parte de mi itinerario para ir al mercado, trabajaba cerca", apunta. Remedios recuerda entre los reyes de la zona destacaba, por ejemplo, la camisería Rojo. Por otro lado, la joya de la corona de los alrededores, única en el trabajo de hacer trajes a medida, era la sastrería Nueva York. Junto a ella estaba la pastelería Imperial que endulzaba mañanas y tardes a sus fieles clientes. No se puede obviar a la tienda Lopera cuyos complementos para la cama facilitaban el descanso de cualquiera. "En definitiva, salías comido, vestido y calzado para tu casa", comenta Clemente entre risas.

Entre los últimos negocios que se han ubicado en calle Nueva, un espacio idóneo para desembarcar, llama la atención una vez más la mezcla de orígenes y productos. La panadería Garnier está recogiendo los resultados de su éxito desde que impusieron su especialización en el estilo artesanal. Natural de Cataluña con más de dos décadas de trayectoria, aterrizaron en la calle San Miguel de Torremolinos y en calle Nueva para sumar día a día clientes. Otro ejemplo viaja desde Dinamarca. Tiger se ha consagrado en los últimos meses como la tienda más nueva de la avenida. Se pueden encontrar multitud de complementos dedicados a la oficina y el hogar, sin olvidarse de la mercancía para los más pequeños.

Tiendas de bolsos, accesorios y hasta de golosinas. Eran pocos los locales que albergaban olor a regaliz y colores llamativos que despertaban la ilusión de los reyes de la casa, y hace unos meses, una de ellas colgaba el cartel de cerrado. Ahora, se ha convertido en el templo de una marca de cosmética italiana que hasta ahora sólo tenía representación en la localidad de Fuengirola, Flormar. Nada tiene que ver con estos dos negocios la clínica Dentix, en la esquina de Liborio García; sólo comparten un matiz, la novedad.

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