El concejal de Cultura, Turismo y Deporte, Damián Caneda, dejó ayer clara su postura en contra de los chiringuitos que se están construyendo en el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso: "son demasiado altos, demasiado anchos y demasiado opacos".
El concejal subrayó que no tiene competencia sobre este asunto, pero sí dio una opinión personal "desde el punto de vista turístico". Caneda hizo hincapié en que las instalaciones que se están levantando "no me parece que sean lo ideal", aunque recordó que recibieron el visto bueno de todas las Administraciones. "Pasó todos los controles de Costas, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento y se le dio el OK. Eso es una prueba más de que no funcionan muy bien las Administraciones porque parece que no le gustan a nadie", remarcó el edil.
Caneda también criticó el diseño pues consideró que no se trata de una "arquitectura mediterránea" y apuntó que "en Málaga hay un estilo". En cualquier caso, el concejal reconoció que "no sabe qué se puede hacer" con esos edificios en construcción ya que tienen todos los permisos.
Las palabras del concejal de Turismo son llamativas ya que, entre otras cosas, tira piedras contra su propio tejado, en este caso el Ayuntamiento. La concejal de Playas, Teresa Porras, afirmó el pasado martes en este diario que "si lo aprobamos es efectivamente porque nos pareció bien el diseño". Porras quiso aclarar que "ni el área municipal que dirijo ha contratado al arquitecto ni nadie de los que ahora critican alegaron en su momento contra el proyecto pese a que pasó por todos los estamentos oportunos".
Instituciones y colectivos han criticado estas edificaciones. De hecho, el delegado de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Javier Carnero, los ha tildado de "aberraciones" y asociaciones vecinales los consideran "mamotretos".
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