"El Carlos Haya no puede afrontar el futuro con esta estructura"

El gerente del hospital dice que la división en pabellones genera traslados de pacientes, desplazamientos de profesionales, duplicidad de equipos, menos eficiencia y más costes

Entrada al pabellón A del Hospital Carlos Haya.
Entrada al pabellón A del Hospital Carlos Haya.
L. García / Málaga

28 de marzo 2011 - 01:00

El Carlos Haya es un hospital, pero repartido en cinco edificios: los dos pabellones que dan nombre al complejo, el Materno, el Civil y el CARE. Esta dispersión genera traslados de pacientes, desplazamientos de los profesionales, envío de muestras y duplicidad de equipos. En síntesis, más costes, menos eficiencia y pérdidas de tiempo. "El Hospital Carlos Haya no puede afrontar el futuro con esta estructura, ni desde el punto de vista de los pacientes, ni de los profesionales, ni de los costes". Así de rotundo es su gerente, Antonio Pérez Rielo, que rehuye de que esta afirmación se interprete como un rechazo al tercer hospital en la capital o un apoyo al megahospital. "El Carlos Haya necesita ser unificado, el resto de la planificación compete a los planificadores. La provincia de Málaga necesita un Carlos Haya unificado", insiste.

La opinión coincide con la vertida hace un mes por siete jefes de servicio del complejo sanitario que reclamaron como "prioritario" un hospital regional en un único edificio y urgieron a las administraciones a acelerar su construcción.

Y es que los trastornos derivados de la dispersión no son pocos. En primer lugar, para los enfermos. Una mujer con un cáncer de mama tiene que ir al Materno para unas pruebas y al pabellón general para radioterapia. Un niño tratado en el Materno Infantil si necesita una resonancia magnética tiene que ir a hacérsela al hospital general. Y si los pacientes están ingresados, los traslados se tienen que hacer en ambulancia.

La dispersión es un mareo para los pacientes y un engorro para los profesionales. Los urólogos trabajan en el Civil, pero cuando tienen que hacer algún trasplante deben desplazarse al general. Hay especialidades como Cirugía General, Traumatología o Medicina Interna que están repartidas entre el general, el Materno, el Civil y el CARE. Urólogos y nefrólogos tienen que trabajar en estrecha colaboración, pero los primeros están en el Civil y los segundos, en el general. Las sesiones clínicas de distintas especialidades obligan al desplazamiento permanente de los profesionales.

El complejo hospitalario tiene cuatro Urgencias y cinco UVI. Pero además -en especialidades como Neurocirugía y Cirugía Cardiovascular- hay equipamiento quirúrgico duplicado; uno para adultos en el pabellón general y otro para niños en el Materno. Con los laboratorios ocurre lo mismo. Hay dos de Análisis Clínicos, dos de Microbiología y otros tantos de Anatomía Patológica. Uno para cada centro. "Es un maremagnum de costes e ineficiencias", resume Pérez Rielo quien recuerda que el coste del trasiego entre pabellones no es solo económico, sino también de incomodidad para pacientes y profesionales. Incluso más allá de las molestias que pueda generar la dispersión, el gerente apunta que la Medicina avanza hacia tratamientos y técnicas mutidisciplinares en los que es imprescindible el trabajo en equipo de distintas especialidades y en los que la distancia entre los edificios complica la labor. Pero aunque no sea necesario el apoyo de otros especialistas, el hecho de tener la asistencia repartida provoca pérdidas de tiempo que en definitiva son costes para el sistema. "Si un profesional sale del quirófano a la 13:00, podría pasar consulta en el hospital a las 13:15. Pero si la consulta es en el CARE ya no es posible porque tiene que aparcar y no llega", ejemplifica Pérez Rielo.

Además, los dos pabellones principales están encorsetados por los edificios circundantes. "Son una estructura sin capacidad de reforma ni de crecimiento", advierte el gerente. La bufanda -esa estructura que une a los pabellones A y B- exprimió el último trozo construible. Y para más inri, son edificios viejos, donde acometer instalaciones de mantenimiento, informática o domótica es técnicamente muy complicado.

Por eso, Pérez Rielo admite que, disgregado como está, el Carlos Haya plantea "serios" trastornos para la asistencia, la investigación y la formación: "No hay más salida que un centro único".

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