Casarse de penalti ya no se lleva

El número de nacimientos en Málaga está cayendo en picado en los últimos años y se está lejos de los baby boom producidos a finales de la década de los 70 o a mediados de la pasada, coincidiendo con el auge económico. Al margen de cuestiones puramente económicas, el efecto de los cambios sociales es cada vez más evidente entre los progenitores y en la natalidad en esta provincia y así lo reflejan las estadísticas oficiales, que arrojan datos más que curiosos.

Uno de ellos, por ejemplo, es el estado civil de la madre. Hace apenas 30 años era prácticamente impensable tener un hijo sin haberse casado previamente, lo que motivó las famosas bodas de penalti. Hoy en día eso está más que superado y el que contrae matrimonio, por ceremonia religiosa o civil, es, normalmente, porque quiere hacerlo, independientemente de que tenga o no hijos. De hecho, es cada vez más frecuente ver a hijos que actúan como padrinos especiales en la primera boda de sus padres. Los números oficiales lo resaltan. El año pasado nacieron 15.140 niños en la provincia malagueña y, de ellos, el 48% procedían de madres que no están casadas. Están prácticamente a la par, mientras que en ejercicios anteriores la diferencia ha sido mucho más notable. Cinco años atrás, en 2010, el porcentaje de nacidos de madres no casadas era del 38% sobre el total, según los datos del Instituto de Estadística de Andalucía.

Si se analiza con más detenimiento, se puede observar que de los 7.271 niños nacidos el año pasado de madres no casadas en la provincia, la mayoría no tenía pareja de hecho (2.889) e incluso no constaba si tenía una relación o no en 1.694 casos. Las mujeres casadas, por su parte, tuvieron en 2015 un total de 7.795 descendientes en Málaga de los cuales 6.997 proceden de ese primer matrimonio, aunque hay 265 vástagos de madres que ya habían estado previamente casadas con otra o varias parejas.

Este fenómeno social no se produce con la misma fuerza en el resto de la comunidad andaluza, donde, en conjunto, el 43% de los niños proceden de madres que no han contraído matrimonio. Málaga y Cádiz, con un 48% cada una, son las provincias con este porcentaje más alto, mientras que en Jaén es del 33%, en Córdoba el 36% y en Almería el 39%.

Otro aspecto digno de análisis es la diferencia en la nacionalidad de los progenitores. El número de extranjeros empadronados ha disminuido de manera notable en el último año por los efectos de la crisis económica y por una revisión del padrón municipal y eso se está percibiendo en los nacimientos. En 2015 hubo 1.565 bebés cuyos ambos padres eran extranjeros, el segundo volumen más alto de la comunidad autónoma tras Almería y un 26% del total regional. El volumen ha descendido de manera continua desde el año 2009, la serie histórica que ofrece el organismo estadístico andaluz. En 2009 nacieron en los hospitales malagueños 2.381 bebés de parejas extranjeras y fue decayendo hasta la cifra actual. Sí se ha mantenido en el caso de que solo uno de los progenitores es extranjero y el otro español, siendo más común el caso de la madre que el del padre. En 2015 hubo 1.480 retoños con alguno de sus padres extranjero, un volumen prácticamente idéntico al reflejado en los años anteriores.

Por otra parte, pese al fuerte crecimiento de las técnicas de fecundidad y la visión habitual por las calles de carritos dobles para gemelos, con los datos en la mano, el número de partos dobles no ha crecido de manera especial. En 2015 fueron 316 en Málaga y en los cinco años anteriores siempre ha girado en torno a los 300 partos anuales.