Juan Cassá acaba de solicitar formalmente a la Alcaldía de Málaga que le sea atribuida la condición de concejal no adscrito del Ayuntamiento. Un paso adelante con el que certifica lo ya anunciado a principios de la pasada semana, cuando anunció su decisión de darse de baja como militante de Ciudadanos y, como consecuencia, abandonar el grupo municipal naranja en la Casona del Parque.

Al tiempo, corrobora su negativa a entregar el acta de edil, exigencia que le había realizado Ciudadanos al conocer el posicionamiento de quien fuera su portavoz el pasado mandato. Su ya anterior partido le reclamó el acta arguyendo "la necesidad de actuase en este sentido por coherencia personal y respeto a los principios éticos del partido".

"En cumplimiento de lo establecido en el artículo 10.3 de los Estatutos de Cs y del compromiso asumido en la Carta Ética y Financiera que firmó Cassá cuando fue designado candidato, se recoge el compromiso a dejar el acta de concejal si causa baja en el partido por cualquier motivo", recordaron desde la formación. Una demanda que, por el momento, no ha sido atendida.

Fue hace diez días cuando Cassá informó a través de sus redes sociales el drástico movimiento que iba a protagonizar, con especiales consecuencias sobre el equilibrio de piezas en el Consistorio. De hecho, su salida de Cs rompe la mayoría absoluta de la que venía disponiendo el alcalde, Francisco de la Torre, desde el principio del mandato, cuando alcanzó un pacto de gobierno con la organización naranja que se mantiene a día de hoy.

Los 15 concejales que pasan a sumar el PP (14) y Cs (1) son los mismos de los que disponen el PSOE (12)  y Adelante (3). En este nuevo escenario, la figura de Cassá resulta clave no sólo para el devenir de numerosas votaciones a medio plazo, sino también en una hipotética moción de censura contra el regidor en lo que resta de mandato. Desde que Cassá diese a conocer su actuación ha guardado silencio, sin desvelar su disposición o no a participar en una operación para desbancar a De la Torre. 

Su mutismo es semejante al protagonizado por el portavoz del PSOE, Daniel Pérez, quien a finales del mandato pasado sí abrió conversaciones con el resto de grupos con la visa puesta en formulación una moción de censura. La misma finalmente no cuajó, entre otras razones, por la negativa de Cassá y del resto del grupo de Cs a respaldarla.