Castigados por querer cumplir con la ley contra el tabaco
Los hosteleros que tuvieron que hacer reformas en sus locales para adaptarse a la ley antitabaco en 2006 se quejan de que perderán la inversión que hicieron si se prohíbe fumar
Hace unos cuatro años el Gobierno sorprendía a todos con una ley contra el tabaco, que muchos calificaron de restrictiva porque obligaba a los propietarios de bares y restaurantes a adaptar sus locales para conseguir una convivencia pacífica entre los que fuman y los que no. Pero ahora, ya no tendría mucho sentido si finalmente se prohíbe fumar en todos los lugares públicos.
La inversión que en su día tuvieron que afrontar para cumplir con la polémica ley antitabaco, que entró en vigor el 1 de enero de 2006, es lo que más preocupa a los hosteleros. ¿Quién les va a compensar por los perjuicios económicos que eso les ha acarreado?
Los restaurantes y bares de menos de 100 metros cuadrados podían elegir entre permitir fumar o no, mientras que en los de más superficie estaban obligados a tener una zona de fumadores separada de los no fumadores.
Eso obligó a muchos a tener que realizar obras en sus establecimientos para no perder clientela y a endeudarse para poder cumplir con la ley. Unos 12.000 euros de media por local. Por eso, los hosteleros malagueños no entienden por qué ahora el Gobierno central se plantea endurecer las medidas restrictivas contra el tabaco cuando hace sólo tres años les obligó a gastar un dinero que la crisis económica actual no les deja recuperar.
Ante este anuncio, las reacciones no se han hecho esperar y el sector reclama que si al final se modifica la normativa antitabaco para hacerla más restrictiva se le indemnice.
Pero, de momento, la sensación que tienen es de resignación. "Si lo manda la ley, habrá que hacerlo", asegura el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de la Provincia de Málaga (Aehma), Rafael Prado, aunque "no de la forma tan errática como lo pretende imponer la Administración".
Y más, según el representante de los hosteleros malagueños, "cuando se había consensuado la anterior modificación hace sólo tres años para cambiarlo otra vez". Lo que más sorprende al sector es que sea ahora, después de haber logrado una convivencia pacífica entre los fumadores y los no fumadores que se perseguía.
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