Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

salvador pérez. director gerente de perymuz y presidente de málaga & comercio

"El Centro perdería su encanto si desapareciera el pequeño comercio"

  • Este empresario "aplaude" la implantación de multinacionales en la calle Larios porque "obliga al resto de comercios a no quedarse dormidos" aunque reconoce "falta de atención" sobre internet

Salvador Pérez Muñoz es el fundador de una empresa distribuidora de bebidas llamada Perymuz con casi 30 años de vida que ya factura 20 millones de euros. Llevar las riendas de la compañía junto a sus hijos le tiene atareado buena parte del día, pero desde hace cuatro años es también presidente de la patronal Málaga & Comercio, que surgió por discrepancias en la gestión de la otra patronal, Fecoma. Nos recibe en su despacho en el polígono Santa Teresa.

-¿Cómo empezó usted en el comercio?

-Empecé en 1990. Soy malagueño y veía posibilidades de negocio en la capital, por lo que decidí establecerme por mi cuenta. Arranqué con una pequeña distribución de bebidas para la hostelería. Siempre he sido una persona inquieta, quería avanzar y año tras año fui creciendo. Al principio facturaba 10 millones de las anteriores pesetas y hoy tenemos tres empresas del mismo gremio, una en la capital; otra en la Axarquía desde donde cubrimos hasta la entrada de Almería; y otra donde cubrimos desde Torremolinos hasta Estepona. Somos una empresa familiar, tenemos 4.000 clientes, más de 2.000 referencias y facturamos en torno a 20 millones de euros. De todas formas, el camino no ha sido fácil.

-¿Cuáles han sido los peores momentos?

-Empezamos en los 90 en plena crisis del petróleo y la superamos bien. Después tuvimos otra crisis en 1998, pero en 2000 despegamos y a partir de ahí no hemos parado de crecer. Poco a poco. Siempre he sido de la opinión de crecer con los pies en el suelo. Nunca me ha gustado dar un paso para atrás, por lo que siempre he sido muy cuidadoso a la hora de ir hacia delante. Es lo que le he transmitido a mis hijos e intentan aplicarlo. Nuestro éxito ha sido estar muy pendiente de nuestro negocio, al que siempre he tratado como un bebé, con mucho sacrificio, muchas horas de trabajo y mucha seriedad.

-¿Cómo ha cambiado el sector comercial en Málaga en estos casi 30 años desde que empezó?

-El cambio es total. Desde la calle Larios con los vehículos a la Málaga peatonal que tenemos hoy en día con buenos comercios. Hay más profesionalidad, más turistas, un aeropuerto que crece... Málaga sigue siendo una ciudad atractiva, pionera, que el turismo quiere visitar y hay un comercio a la altura.

-¿Qué piensa cuando ve la calle Larios repleta de multinacionales?

-No es motivo de preocupación, sino que hay que aplaudirlo. Nos obliga a que cada uno intente mejorar y actualizarse en su negocio. La competencia es buena porque nos obliga a no quedarnos dormidos ni un segundo. Tenemos afortunadamente un comercio que se está renovando, en el que están entrando nuevas generaciones y es muy bueno. Se puede convivir con las grandes cadenas perfectamente y nos ayudará a ir mejorando.

-Le pone las pilas.

-Exacto, si no tenemos competencia no prosperamos y eso no es lo que quiere la ciudad de Málaga, que quiere un comercio vivo y dispuesto a competir con todos.

-En internet les queda mucho por hacer.

-Es una asignatura pendiente y no podemos dar la espalda a la realidad. Nos guste más o menos tenemos que afrontarlo. Se dicen muchas cifras sobre la repercusión real de internet en el negocio, pero tenemos que engancharnos. Cada día habrá más comercios con venta por internet. Hay un público que quiere comprar por internet y a ningún comerciante nos gusta dejar un pastelito en el plato. Allí donde hay una posible venta hay que estar.

-La venta on line no es nueva. ¿Por qué va tan lenta su implantación en el comercio malagueño? ¿Por inversión, por desconocimiento?

-No hay desconocimiento, pero a lo mejor no se le ha prestado toda la atención que requiere. Supone una inversión y hay que recordar que las grandes compañías, aparte de tener más dinero, se van a las entidades bancarias y obtienen créditos a precios muy favorables. Al pequeño comerciante le cuesta más que le den el crédito y más caro, aunque no tiene por qué ser una traba para estar en internet. También es cierto que las nuevas generaciones apuestan más por la tecnología que las anteriores.

-¿Qué otros retos se plantea el comercio malagueño a medio plazo?

-Siempre hay cosas en las que ponerse al día. Los pequeños y medianos comerciantes no podemos pararnos porque si no nos comen. Al comercio tradicional es importante que se incorporen las nuevas generaciones y creo que tras el bache de la crisis económica veo gente joven con muchas ganas y muchas ideas. Renovación generacional, conocimiento y transmisión de experiencia de los mayores a los jóvenes tanto de las épocas de bonanzas como de las crisis.

-Sobre todo de las crisis.

-Sí, porque la época de bonanza siempre es bonita pero la crisis te da en el bolsillo, que es donde más te duele. Hay que ser siempre consciente de hasta dónde se puede llegar y cómo.

-El Ayuntamiento de Málaga ha pedido a la Junta de Andalucía la libertad horaria comercial en toda la capital en verano, Navidad y Semana Santa. Su patronal, sindicatos y otros colectivos lo rechazan. ¿Por qué?

-No estamos en contra del crecimiento, pero pensamos que la propuesta del Ayuntamiento es excesiva. Tampoco estamos de acuerdo con las formas que se han seguido. Queremos que Málaga siga avanzando con el turismo, pero Málaga no necesita toda esa amplitud horaria y ese radio para hacer compras. Siempre estaremos abiertos al diálogo con el Ayuntamiento, pero ninguna de las partes puede salir perjudicada. Si solo se da facilidad a las grandes empresas porque tienen poder económico y pueden jugar con el empleo no se piensa en los pequeños comercios, que tienen uno o dos trabajadores y a ver qué hace para darles descanso. En Málaga & Comercio estamos analizando internamente en qué épocas podrían hacer falta más días de apertura o si es suficiente lo que tenemos ahora. Lo que está claro es que no se puede pasar de 10 domingos y festivos al año a todos, el salto es muy grande. ¿Qué comercio mediano o pequeño puede soportar esos costes?

-El comercio pequeño o mediano no está obligado a abrir, pero la ley sí impide abrir al grande si quiere hacerlo.

-Creemos que con los días actuales es suficiente para que el malagueño y el turista pueda comprar. Se puede mejorar y seguir avanzando, pero hay que contar con todas las partes. No nos cerramos en banda a nada. En las negociaciones tienen que ceder todas las partes y hay que buscar la fórmula para que todos ganen un poco.

-¿Qué perdidas supone para un pequeño comercio no abrir un domingo y que sí lo haga uno grande?

-Se pueden perder clientes. Si un pequeño tiene uno o dos empleados es difícil saber cuándo abrir y cuándo descansar.

-Si el pequeño comercio cree que va a perder mucha clientela si cierra los domingos y abren los grandes ¿por qué no contratan a alguien por horas para los domingos?

-Cada cual tiene que hacer sus números. Puede contratar a alguien o descansar otro día en lugar del domingo, pero se resiente el tema familiar. Se puede ampliar la zona de apertura comercial, pero con consenso y tranquilidad. De todas formas el consumo es el que hay, no creo que se dispare mucho porque se abra los domingos.

-En agosto sí ha habido libertad horaria. ¿No se ha notado más consumo los domingos?

-Ha habido más movimiento porque es verano, pero este año tampoco ha sido boyante. El consumo está disminuyendo este año. Desde nuestro punto de vista no está justificado abrir todos los domingos con el consumo existente.

-¿Por qué hay dos patronales de comercio?

-Esta federación nació en 2014 tras varios años de desacuerdo generalizado con Fecoma. Nosotros tenemos los mismos socios que tenía Fecoma, lo que es prueba evidente de que no estaban de acuerdo con lo que se hacía en Fecoma. Tenemos unas 3.000 empresas adheridas y más de 20.000 trabajadores, con 12 asociaciones entre las que están la de parques empresariales, distribuidores, calzados, etcétera. No me llevo mal con nadie y no conozco al nuevo presidente de Fecoma. El problema de Fecoma es que no tiene a ningún empresario al frente. Hemos negociado dos convenios colectivos y hemos tenido nuestros más y nuestros menos porque nosotros somos conscientes de que el dinero que se le dé al empleado sale de la empresa. Sabemos que lo que firmamos le cuesta dinero al empresario, pero los representantes de Fecoma que firman no tienen trabajadores. No queremos ni enemigos ni hacerle zancadillas a nadie. Solo queremos tener una confederación de empresarios de comercio transparente, que haga las cosas lo mejor posible, abierta al diálogo con todos los estamentos públicos y si alguien quiere unirse a nosotros las puertas están abiertas. Sería estupendo que fuéramos todos a una. También presido la asociación de distribuidores y creo que, por defecto, en este país cada vez que alguien saca algo siempre hay alguien al que no le gusta. No sé si es que somos envidiosos, prepotentes o incordiantes. Aquí se ven las cosas de dos formas: pobrecito que mal le va y qué poco va a durar o la envidia.

-¿Qué balance hace de las pasadas rebajas de verano?

-No han sido boyantes, pero las rebajas se han desvirtuado mucho. Hay descuentos muy fuertes antes de las rebajas. Antes si tenías un amigo en una tienda te hacían un descuento del 15% y luego comprabas en las rebajas, pero ahora ya tienes descuentos del 50% antes de que empiecen. Las rebajas no han sido tan buenas como se esperaba.

-¿Qué sectores tienen más futuro en el comercio en Málaga?

-Málaga es una ciudad de mucho público y se consume de todo. Si las grandes firmas están en Málaga es porque ven ese potencial. El malagueño siempre ha tenido una predisposición a comprar en la tienda pequeña tradicional de toda la vida, porque están muy preparadas con cosas bonitas y competitivas.

-Las multinacionales ayudan a despertar, pero también han provocado que se dispare el precio del alquiler y muchos comercios tradicionales se han tenido que mudar.

-El dueño de un inmueble quiere cobrar lo máximo posible. Están entrando grandes compañías que pueden pagar precios altos. Pero bueno, si no estamos en una calle estaremos en otra. El pequeño comercio no puede desaparecer del Centro porque perdería el encanto que tiene.

-¿En qué momento ve a Málaga?

-Es un privilegio tener a un alcalde como Francisco de la Torre porque tiene una capacidad impresionante y está dejando a Málaga de lujo. Se han hecho muchos museos, se han peatonalizado calles, el puerto... Málaga es una ciudad que no para. Se ha apostado por el Metro y tiene que avanzar para llegar a toda la ciudad, pero sí hecho en falta la eficacia en las obras que se empiezan y no se acaban.

-¿Cuál es la asignatura pendiente de Málaga?

-Málaga es una ciudad en la que los inversores quieren abrir buenas empresas y tenemos un gran problema con el plan de inundabilidad del Guadalhorce. No se puede construir nada y eso está frenando a Málaga una barbaridad. Amazon, por ejemplo, quería instalarse aquí y no encontró dónde. Si la ciudad no tuviera este problema habría más empresas, empleo de más calidad y sería una ciudad más sostenible.

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