Cerveza Victoria vuelve, desde hoy, a fabricarse otra vez en Málaga. El grupo Damm, propietario de la enseña, inaugurará esta tarde de forma oficial la nueva industria que se asienta en la avenida Velázquez y que ha supuesto una inversión de unos seis millones de euros. De esta forma, Cerveza Victoria, que nació en Málaga en 1928, regresa a su tierra después de que cerrara en 1996 su anterior planta en el polígono Guadalhorce. La marca, que fue adquirida por Damm en 2001 a Heineken, se ha seguido comercializando en supermercados y restaurantes, pero su producción se realizaba en Murcia y ahora se traslada a Málaga.

Sergio Ragel, responsable de Trade Marketing y relaciones públicas de Cerveza Victoria; Francisco Camacho, socio de Gana Arquitectura -el estudio que ha realizado el proyecto de la fábrica-; y Eduardo Sall, maestro cervecero de Victoria, participarán hoy en una rueda de prensa a las 11:30 para dar a conocer todos los detalles y a las 19:00 será la inauguración oficial con todas las autoridades y representantes empresariales y sociales malagueños que han sido invitados. Entre ellos estarán el consejero de Empleo, Empresa y Comercio, Javier Carnero, y el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo.

A lo largo de estos meses se ha adelantado que la fábrica se asienta sobre una superficie de 3.374 metros cuadrados, tiene capacidad para fabricar entre 25.000 y 30.000 litros de cerveza al día y contará con unos 40 trabajadores directos, al margen de los indirectos que se generen.

La fábrica cuenta con cuatro áreas. Una zona de cocción y fermentación; una de envasado; una de distribución; y una última para la organización de visitas al recinto, pues Victoria tendrá un pequeño museo con la historia de la marca y se podrán visitar sus instalaciones.

Cerveza Victoria fue fundada por Ricardo y Luis Franquelo el 8 de septiembre de 1928, coincidiendo con el día de la patrona de Málaga, y casi 90 años después, hoy 7 de septiembre, renace la actividad fabril ligada a este cerveza que fue líder en consumo en los años 60.

Sus creadores pusieron en marcha una fábrica moderna con tecnología alemana, hasta el punto que el maestro cervecero en la década de los 30 fue el germano Heinrich Dietz. En 1952 salió, por primera vez, el famoso eslogan Malagueña y Exquisita, que ahora vuelve a cobrar sentido.