El Ayuntamiento de Málaga quiere levantar el bloqueo al que desde hace varias semanas somete Aviación Civil la aprobación final del plan especial del Campamento Benítez con chorros de agua. Esta es una de las ideas diseñadas por la Gerencia de Urbanismo, con el asesoramiento de una empresa especializada y de un experto ornitólogo, para convencer al organismo estatal de que la balsa de agua artificial ejecutada en la parcela no supone riesgo alguno para los aviones que aterrizan y despegan de aeropuerto de la capital.

Más en concreto, según expuso ayer el alcalde, Francisco de la Torre, el planteamiento pasa por la instalación de difusores junto al estanque. Los mismos permitirían conservar la calidad ambiental del agua a efectos del riego y "jugarían un papel estético con chorros, lo que alejaría cualquier tipo de llamada hacia aves". Si bien, según indicaron desde la Gerencia de Urbanismo, no es la única de las opciones recogidas en la documentación enviada la pasada semana a Aviación Civil sí es la que parece convencer más a los responsables del Consistorio.

Para De la Torre, con los mencionados difusores se resolverían los interrogantes expresados por el ente dependiente del Ministerio de Fomento, que emitió un informe negativo al plan especial del Benítez por la incorporación en el mismo de una balsa de agua. El temor de los técnicos estatales es dicho espacio sirva de punto de atracción de aves y que éstas puedan suponer un problema en las operaciones del aeropuerto. Frente a esta tesis, el regidor consideró que la laguna artificial de Benítez "no crearía ningún problema" y recordó que en el entorno existen otras muchas zonas húmedas.

Este aspecto es recalcado en el informe que Urbanismo envió a Aviación Civil junto con toda la documentación recabada para tratar de varias la posición inicial del organismo. De hecho, varias fuentes confirmaron la existencia de un estudio de una empresa especializada, "que ya ha trabajado en esta materia", incidiendo en que las medidas planteadas "garantizan" las exigencias realizadas por Seguridad Aérea. En este sentido, se destaca que mínima probabilidad de que pueda surgir un problema por la existencia de la lámina de agua.

En este escenario, como ya dijo la semana pasada, el alcalde confió en que "en muy pocos días" se salven los obstáculos existentes, de tal manera que la tramitación del plan de ordenación de la zona verde proyectada en los antiguos terrenos militares llegue a su fin. Este paso es imprescindible para que el equipo de gobierno del PP pueda poner en marcha la maquinaria mediante la que licitar, primero, y contratar, después, las obras de la segunda fase de adecuación de la parcela. Esta etapa estaba previsto que se hubiese desarrollado antes de final de año, con el fin de abrirla al público a finales de año.

Sin embargo, el retraso administrativo impide cumplir con este hito. El propio concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, ya asumía la pasada semana la imposibilidad real de acometer las actuaciones antes de que acabe el ejercicio. Sí confió, no obstante, que el concurso se pueda desarrollar y fallar en los próximos meses. La inversión que hay reservada en el presupuesto municipal de 2014 para esta obra alcanza los dos millones de euros.