Ciudadanía con el sueño cambiado
Calle larios
Una señora lo propuso el otro día en la cola del Mercadona: en verano, en Málaga se debería trabajar por la noche y descansar durante el día l A la vista de los estragos que ha causado el terral, no resulta descabellado l En los países árabes esta costumbre es tradición, pero aquí manda el modelo europeo
EL lago de Chott El Jerid se extiende a lo largo de 5.000 kilómetros cuadrados en Túnez, cerca de la frontera con Argelia, en el límite oriental del desierto del Sáhara. Durante el verano el agua se evapora y el paisaje queda conquistado exclusivamente por la sal. El impacto es desolador: una extensión blanca y cegadora en la que no crece nada cubre todo lo que alcanza la vista hasta el horizonte. A un lado y a otro de la carretera asoman chasis de coches y autobuses abandonados. Los espejismos son frecuentes: no es extraño intuir sombras que parecen caravanas, burdas ilusiones ópticas fabricadas a traición por los rayos de sol y el reflejo en la sal. Cierto mes de julio registré allí la experiencia más calurosa de mi vida. Nada más bajar del viejo cacharro que nos transportaba percibí cómo la flama se adhería a mi piel y la iba quemando sin remisión. Si me hubieran dicho que estábamos a 70 grados de temperatura lo habría creído sin dudar. Sólo pude aguantar fuera de la sombra cinco minutos. Poco después llegamos a la próxima Tozeur, donde los trenes que cantara Franco Battiato. Eran las 16:00 y no había un alma en la calle: todos los comercios cerrados, los bares clausurados, las viviendas silenciosas. Apenas dos niños jugaban con una bicicleta y un perro. Así de poco amistosa me ofreció Tozeur su bienvenida. Y así de reservada se mantuvo hasta las 21:00, cuando abrieron las tiendas, los bares y las oficinas administrativas, las familias salieron a la calle, las mujeres se dirigieron al mercado para hacer sus compras, los hombres atendieron sus negocios, los jóvenes tomaron los parques y comenzó a sonar música por todas partes. Todo un mundo de amabilidad y cortesía mediterránea, ahora sí, se dispuso inesperadamente a mi alrededor cuando Apolo daba sus últimos suspiros. Y así se mantendría hasta bien entrada la madrugada, con el mismo pulso, motos guiadas por adolescentes en cada carril, vendedores ambulantes de los más diversos productos, pequeñajos que emulaban con sus balones a sus ídolos de la liga española y criticonas que se despachaban a gusto en los portales. Sólo un año antes había asistido a un espectáculo similar en Pammukale, en Turquía, que emula en estos menesteres a los países árabes. El calor extremo es el que dictamina los horarios: vivir de noche, en la cuenca sur del Mediterráneo, es otro saludable ejemplo de adaptación al medio.
La cuestión es que el pasado sábado, con el terral rabioso, guardaba mi puesto en la cola del Mercadona con un paquete de latas de refresco y una señora, abanico en ristre, sofocada como todo el mundo allí, por qué no pondrán el aire acondicionado a más potencia, no que luego cuando se regresa a la calle es peor, le soltó a un tipo de dudosa indumentaria y chancla rota el siguiente proverbio: "En Málaga, en verano, se debería trabajar de noche y descansar de día". Diantre, y tenía razón. Hubo tiempo para comprobarlo: el lunes, todavía, quienes salieron al aire libre para dirigirse a sus puestos profesionales tenían que poner mucho de su parte para no caer fritos y en redondo. Y la cuestión no es sólo el terral: precisamente, cuando sopla el Levante, es la noche de brisa fresquita la que invita a poner los pies en la calle. Quizá, quién sabe, si los comercios, los centros de ocio, los servicios y hasta las administraciones atendieran cada jornada durante la noche y la madrugada y cerraran durante el día ganarían todos, comerciantes, clientes y sector público (es sólo una idea, no se me aíren los implicados). Siempre he pensado que Málaga es una ciudad idónea para iniciativas de este tipo, pero también lo es para promover el uso de la bicicleta, y ya ven. Y eso que la bici responde al ansiado modelo europeo, preferible por los próceres del Málaga Valley al mediterráneo. Pronto cerrará todo aquí a las 18:00 y hasta el día siguiente, como en Holanda. Así que a asfixiarse tocan, europeos.
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