El Colegio de Médicos defiende "el respeto a la vida" ante el proyecto sobre la eutanasia

"El Colegio Oficial de Médicos de Málaga -a través de su Comisión de Deontología- quiere trasladar a la opinión pública que la profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad asumiendo como deberes primordiales el respeto a la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de su salud". Así arranca la declaración de la institución sobre la eutanasia. El documento ha sido remitido ya a los colegiados. El posicionamiento llega casi un mes después de que el Congreso de los Diputados admitiera a trámite una propuesta de ley para iniciar el debate sobre la posible despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido.

La Comisión Deontológica del Colegio expresa "su compromiso" con el Código de Deontología a la vez que se suma a la declaración del Consejo General de Colegios Médicos de España para recordar "algunos principios [...] actualmente vigentes" en relación a ese tema. Entre ellos, la declaración malagueña destaca el artículo 5.1 del Código de Deontología que estipula que "la profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico".

El documento tiene una extensión de un folio y más de la mitad es una enumeración literal del articulado de ese código que rige la actuación de los facultativos. Teniendo en cuenta que el Congreso pretende regular la eutanasia y el suicidio asistido, cobra valor que la declaración incluya también al artículo 36 del Código de Deontología que en su apartado 3 establece que "el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste". El posicionamiento también recuerda el apartado 4 de ese artículo que obliga al profesional a atender las voluntades anticipadas del enfermo, "a no ser que vayan contra la buena práctica médica" y el 5, que dice que "la sedación en la agonía es científica y éticamente correcta sólo cuando existen síntomas refractarios a los recursos terapéuticos disponibles y se dispone del consentimiento del paciente implícito, explícito o delegado. Y el apartado 1, que fija que el facultativo tiene que intentar la curación y cuando ya no sea posible, debe aplicar medidas para el bienestar del enfermo aunque le acorte la vida. La declaración denuncia la "desigualdades" en la legislación autonómica sobre el asunto y pide una ley orgánica "que tenga en cuenta que la principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste por encima de cualquier otra conveniencia".