Málaga

Comerciantes de Málaga sobre el IPC: “La gente se queja de los precios y compra menos”

El cuarto de almendras a 4,95 euros o el kilo de muslo de pollo a 5 euros son algunos de los productos más encarecidos del mercado.

El cuarto de almendras a 4,95 euros o el kilo de muslo de pollo a 5 euros son algunos de los productos más encarecidos del mercado. / Pepe Gómez (Málaga)

Los precios de los productos llevan aumentando varios meses seguidos, pero según los datos avanzados del INE sobre la inflación del mes de agosto, el IPC se ha moderado y ha bajado hasta el 10,4% gracias al descenso del coste del combustible líquido y los carburantes. A pesar de esta moderación, el INE señala que el precio de la electricidad, la restauración, los alimentos y los paquetes turísticos han aumentado. Los últimos datos de Málaga señalan que la inflación en la provincia ascendió hasta el 11,4% el pasado mes de julio, datos situados por encima de la media española actual. 

La subida del precio de los alimentos afecta tanto a comerciantes como a consumidores. El hecho de que los productos sean cada vez más caros, hace que los clientes lleguen a los mercados quejándose de los precios, lo que desemboca en que al final adquieren menos productos para ahorrar. Por otro lado, para los vendedores esto supone una disminución de sus beneficios y también deben hacer frente al aumento de los gastos como los de la factura de la luz, la cual asciende, para algunos, a los 500 euros al mes. 

Las familias han decidido comprar lo justo y necesario y lo más barato para ahorrar lo máximo posible. Mari Carmen, una malagueña jubilada que vive con su marido, asegura que va a comprar al mercado una vez a la semana y al supermercado cada 15 días, se lleva siempre los productos más baratos. En una situación similar se encuentran muchas familias, pero hay otras que no se privan a la hora de adquirir un alimento, como en casa de Rocío que asegura que ella no se fija en los precios, sino que compra lo que necesite para comer durante uno o dos días. 

Los comerciantes sostienen que si una persona necesita comprar algo lo hará, ya que todo “depende de la economía de cada familia”. Los comerciantes sostienen que si una persona necesita comprar algo lo hará, ya que todo “depende de la economía de cada familia”.

Los comerciantes sostienen que si una persona necesita comprar algo lo hará, ya que todo “depende de la economía de cada familia”. / Pepe Gómez (Málaga)

Ni un producto se salva. Todos los comerciantes han tenido que subir el precio de estos para poder conseguir beneficios y hacer frente a los costes. El kilo de higos a 6 euros, el cuarto de almendras a 4,95 euros o el kilo de muslo de pollo a 5 euros son algunos de los productos más encarecidos del mercado. En este sentido, Ana es dueña de un puesto de frutas y verduras en el Mercado Atarazanas y añade que el kilo de pepino lo ha llegado a tener a 2,60 euros, algo que hace un año ni se le habría pasado por la cabeza. Aunque muchos productos se han encarecido, si una persona necesita comprar algo lo comprará, todo “depende de la economía de cada familia”.

Asimismo, Ana apunta que las ventas durante el verano “están flojas” porque el consumidor local está de vacaciones y dependiendo de los turistas adquieren unos productos u otros. En este punto Manuel Villamuela, propietario de un puesto de carnicería en Atarazanas coincide con Ana y añade que la bajada de las ventas se ha visto acentuada también por la inflación. Villamuela mantiene que es tal la subida de precios general que para que su negocio siga funcionando ha aumentado el coste de todos sus productos y que en ocasiones debería subirlo más, pero le “da vergüenza ponerlo más caro”. Además, insiste en que hay artículos que si aumenta más su coste, “directamente no los vendo”.

En cuanto a las quejas de los clientes, Lucía, trabajadora de un puesto de frutos secos, ha observado que los que más protestan son los turistas españoles y que los extranjeros llegan y compran los productos sin importar el precio. En este puesto el producto más caro es la almendra y a pesar del descontento por el coste “la que tiene que comprarlo, se lo lleva porque no le queda otra”.  

Con la llegada del otoño y el fin de las vacaciones esperan que la situación mejore y aumenten las ventas gracias a los consumidores locales. Asimismo, sostienen que los malagueños tendrán que acostumbrarse a estos nuevos precios hasta que la situación mejore y puedan bajarlos.

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