Un hombre ha sido condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a nueve años y once meses de prisión por intentar matar en el piso en el que vivía a su pareja, con un cuchillo de cocina y, aunque recibió varias puñaladas, pudo huir y ser socorrida por los vecinos.

El procesado, que esperó a la víctima tranquilamente fumando un cigarro en la terraza de la vivienda, ha sido condenado por un delito de homicidio en grado de tentativa, con el agravante de parentesco, según la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE.

El hombre fue condenado en primera instancia por la Audiencia Provincial de Málaga pero el abogado del procesado recurrió al entender que se tenía que estimar la eximente completa o incompleta de enajenación mental, aunque el TSJA ha desestimado el recurso.

En los hechos probados se relata que el acusado y la víctima, ambos de nacionalidad ucraniana, se conocieron en Crimea y desde el 2014 han mantenido una relación sentimental con cierto periodo de convivencia cuando ambos se trasladaron a vivir a España.

La pareja se fue a vivir a un piso con la hija de ella y, según ésta, también de él, aunque no la tiene reconocida y compartían vivienda en régimen de alquiler con otro joven de la misma nacionalidad.

Estuvieron conviviendo un periodo de tiempo no precisado en la sentencia pero las discusiones entre ellos eran prácticamente a diario y en ellas el acusado le profería reiteradas expresiones vejatorias.

En un determinado momento por el deterioro de la pareja y motivos económicos el acusado se fue a vivir a un centro de la Cruz Roja en Málaga pero el 20 de octubre de 2019 fue a visitar a la víctima y estuvieron tranquilamente charlando.

Cuando la mujer fue al patio a recoger la ropa que tenía tendida, el acusado cogió un cuchillo de la cocina y tras cerrar la puerta de la habitación de la niña se sentó en un sillón con el cuchillo en la mano "manteniendo la misma actitud imperturbable y tranquila que había venido mostrando desde que llevó al piso".

La mujer le pidió que dejara el cuchillo pero la apuñaló "con absoluta frialdad y sin mediar palabra" en el costado, rostro, cuello y tórax pero empezó a gritar y pedir auxilio a su compañero de piso, que salió a auxiliarla.

Ella pudo abandonar la vivienda pese a la cantidad de sangre que perdía y el compañero de piso, tras recibir también varios cortes, también pudo huir de la vivienda.

Los agentes cuando llegaron se encontraron al acusado en la terraza en una actitud completamente tranquila que les sorprendió "profundamente" a la Policía y, posteriormente, un vecino rescató a la menor que se encontraba en la habitación escondida entre las sábanas de su cama y preguntado si su madre había muerto