Málaga

Confirman la condena a 35 años para un miembro del 'clan de los suecos' por colocar bombas por encargo

Así quedó la vivienda que explosionaron.

Así quedó la vivienda que explosionaron. / POLICÍA NACIONAL

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena de 35 años de prisión dictada por la Sección Novena de la Audiencia Provincial de Málaga para Karim Abdul Karim, uno de los integrantes del clan de los suecos y hermano del autor confeso de los asesinatos de los narcos apodados como Maradona y Zocato, por hacer explosionar una vivienda de lujo en Benahavís y una nave industrial de vehículos de alta gama en San Pedro junto a Perparim V. y Rami El M., que se enfrentan a la misma pena de cárcel.

Tal y como ya quedó probado en la sentencia del 5 de abril de 2022, la diana de los condenados era Mohamed H. H., un individuo relacionado con el narcotráfico que días antes había recibido un aviso: “117 + deuda 30 + 60 + intereses 9 de Octubre”. La cantidad de dinero que debía pagar y la fecha límite para hacerlo. Este fue el mensaje que escribieron –personas que no han podido ser identificadas en la causa– en un cartel indicador de la calle situado a unos 20 metros de la entrada del chalet donde residía. 

Los tres responsables, que han sido condenados a 35 años de cárcel cada uno por cuatro delitos de intento de asesinato, organización criminal, tenencia de explosivos, falsedad en documento oficial, daños continuados y maltrato animal, elaboraron "un minucioso plan con un sincronizado reparto de funciones entre ellos".

Apuraron los últimos minutos de la fecha límite que Mohamed H. H. tenía para abonar la cantidad que supuestamente debía y, sobre las 00:08, uno de los condenados se dirigió a la residencia de la víctima en un BMW 318 de color blanco robado en Bélgica en febrero de 2014. Vestido con ropa deportiva de color negro, con el rostro tapado con una capucha, un pañuelo sobre la cara y guantes en las manos, se apeó del vehículo y se dirigió al maletero del coche, de donde extrajo el artefacto explosivo, que contenía entre 10 y 15 kilos de sustancia, transportada en una nevera tipo playa.

Tras colocarla en la cancela de entrada a la vivienda, prendió fuego a la marcha y huyó. Todo ello a sabiendas de que su objetivo se encontraba en el interior del domicilio junto a su mujer y a sus hijas, que por entonces tenían ocho y tres años. Sin embargo, ninguno de los moradores sufrió daños, ya que acababan de subir a la planta superior de la vivienda. No estar en la parte inferior, según los informes periciales, les salvó la vida porque la onda expansiva fue destructiva. De hecho, los tres perros de la familia murieron.

Tras este primer ataque, el responsable se marchó hacia la nave de la víctima y siguió el mismo modus operandi, haciendo también que volase por los aires y se incendiara, lo que causó enormes desperfectos en la misma, así como en las naves y vehículos aledaños.

De esta manera, el TSJA ha rechazado los recursos presentados por las defensas tras cuestionar las investigaciones llevadas a cabo en el caso. Sin embargo, contra esta sentencia cabe interponer recurso de casación ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

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