El Consulado de Rumanía ofrece asistencia a la familia de la joven ahogada
Los padres ya cuentan con casi todo el dinero que precisaban para la repatriación del cadáver, que podría hacerse esta semana
El Consulado General de Rumanía en Sevilla ha ofrecido, de conformidad con sus competencias, asistencia a la familia de Ionela, la joven de 23 años y natural de este país que murió ahogada como consecuencia de las inundaciones del pasado día 4 cuando se encontraba en un club de Estepona. Fuentes de este organismo de representación de la administración pública informaron a este periódico de que ha centrado toda su "atención" en el caso desde el momento en el que conoció por parte de las autoridades españolas la identidad de la fallecida y obtuvo los datos de contacto de sus allegados.
Los representantes del Consulado, según indicaron, han puesto a disposición de la familia de esta ciudadana rumana la información necesaria para poder elegir una funeraria con la que gestionar la repatriación del cadáver. El Consulado, que tuvo conocimiento de la existencia de unas iniciativas de ayuda necesarias para llevar a cabo el traslado, aseguró que mantiene contacto con organizaciones y personas de España que desean ofrecer su apoyo. Asimismo, facilita la comunicación con los progenitores de la difunta, que apenas hablan español.
Su intención es continuar "en permanente contacto" con las autoridades locales y con la propia familia, a la que seguirá prestando "asistencia consular para que se cumplan los trámites específicos en estos casos".
Por su parte, el dueño de la tienda de productos rumanos de Estepona que comenzó recaudando fondos para contribuir a ayudar a los padres de la chica explicó ayer que estos ya han conseguido prácticamente en su totalidad el dinero que necesitaban, unos 3.300 euros, para repatriar el cuerpo de su hija. Gracias a la colaboración tanto de los vecinos de este municipio como de Rumanía, apuntó, el traslado podría llevarse a cabo a finales de esta semana. El responsable del negocio decidió colocar una hucha en su local tras tener conocimiento del fallecimiento de Ionela, que había entrado varias veces a comprarle durante los tres años que vivió en España. Consciente de la precaria situación económica que sufren los progenitores, que no tenían posibilidad de venir a España, les ofreció su apoyo. "Les dije que queríamos ayudarles recaudando dinero. Llevar el cuerpo en un avión puede costar 5.000 ó 6.000 euros", resaltó el encargado del establecimiento.
La madre de la joven, en declaraciones a Málaga Hoy efectuadas desde su país la pasada semana, manifestó que la suya era "una hija buena y tranquila", y lamentó angustiada que todavía no le hubiera podido dar sepultura. Hacía de esta forma un llamamiento para poder asumir los costes que conlleva la repatriación de un cadáver. Objetivo conseguido.
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