Málaga

Coronavirus Málaga: Un grupo de investigación trabaja en el diseño de una vivienda adaptada a emergencias sanitarias

  • La profesora María Luisa Gómez encabeza un proyecto que otorga especial protagonismo a la inteligencia artificial aplicada a la salud

Un grupo de vecinos de Málaga asomados a sus balcones y terrazas.

Un grupo de vecinos de Málaga asomados a sus balcones y terrazas. / Javier Albiñana

Si algo está demostrando la crisis sanitaria provocada por el coronavirus es que buena parte del parque residencial de la provincia de Málaga (extensible al resto del país) presenta importantes carencias ante un periodo de confinamiento que se alarga en el tiempo. Y no sólo en la parte arquitectónica, sino en otras variables ligadas íntimamente a la conexión de los ocupantes con el exterior.

Esta realidad ha llevado a la profesora de Derecho Administrativo de la Universidad de Málaga, María Luisa Gómez, a poner en marcha un grupo de trabajo para investigar el diseño de una tipología de vivienda capaz de afrontar "situaciones de emergencia sanitaria" como la que ahora se vive por el Covid-19.

"Una vivienda con domótica y tecnología, inteligencia artificial aplicada a la salud, a personas en situación de vulnerablidad y emergencia sanitaria", explica Gómez a modo de objetivo del trabajo ahora puesto en marcha. Un formato capaz de dar respuesta a "una persona mayor que vive sola pero que se encuentra bien, o a otra que se ve obligada a pasar la cuarentena en casa".

Aunque ahora enfocado al coronavirus, el punto de partida de esta investigación es un proyecto previo otorgado por la Junta de Andalucía, que cuenta con fondos Feder, titulado Vida. "LLevábamos apenas cuatro meses de trabajo cuando se decretó el estado de alarma", comenta. Y ante esta situación, "hemos visto la oportunidad de centrarnos en la necesidad social de atender a los problemas derivados de la lucha contra el COVID-19".

En la iniciativa primaria participaba un grupo integrado por 14 investigadores de diferentes materias. Ingenieros, arquitectos, licenciados en Ciencias de la Comunicación... Un equipo que ahora se incrementa, dando forma a una red extensa con la idea de "generar sinergias y proyectar resultados a escala nacional e internacional para la adaptación de la vivienda a colectivos afectados en riesgo de emergencia sanitaria".

"En nuestro caso es el Covid-19, pero también, por ejemplo, para mayores que viven solos en casos de pandemias o futuras emergencias", precisa la impulsora de la acción. Y ello mediante un modelo en el que se ponga en valor "tanto la integración tecnológica como el aseguramiento en el acceso al servicio asistencial y sanitario".

"Vamos a proponer los modelos normativos que sirvan para dar respuesta a estas cuestiones, a los problemas que estamos detectando desde el punto de vista de una vivienda en tiempos del coronavirus", explica. Un tiempo en el que se ha hecho más que apreciable la imposibilidad cierta de actuar sin estar conectados, en todas sus variantes, incluida la del trabajo profesional. A los detalles técnicos esenciales, el grupo tendrá que dar respuesta a los interrogantes jurídicos y económicos derivados del mismo.

Grosso modo, la idea puesta sobre la mesa por Gómez pasa por sentar las bases para que desde el diseño inicial de un proyecto residencial ya se prevean las acciones necesarias para disponer de una vivienda adaptada a situaciones de "emergencia sanitaria". "Es hacer una propuesta innovadora que acabe consolidándose como una tipología adaptada, que no haya que ir improvisando". Y ello con la pretensión de que sea accesible para cualquier ciudadano.

En este punto, esta profesora pone en valor el papel que debe jugar la universidad en el presente escenario. "Se debe a la sociedad en la que está. Y en esa aplicación el objetivo está claro, interactuar con otras disciplinas; tiene que haber una respuesta integrada de los distintos profesionales para, en última instancia, lograr que la gente tenga acceso a ello”, apostilla.

Un caso que puede asemejarse al propósito objeto de análisis es lo que pudo conocer de primera mano en Estados Unidos, donde los promotores y constructores pusieron en marcha un sello de calidad "para el envejecimiento en casa". "Me resultó sugerente y pensé que teníamos que exportarlo; imagine crear una tipología de vivienda apta para eso; no hablamos de una residencia, sino de dar respuesta a muchas personas que ahora se encuentran solas en sus viviendas. ¿Cómo podemos desde la universidad mejorar eso?", incide.

"Tengo una enorme ilusión; lo importante es que podamos aportar algo, que no sea solo un estudio que se queda en la biblioteca; tenemos que sentir que ayudamos a que los que están en sus viviendas pasándolo mal puedan tener un modelo de vivienda con un diseño óptimo", aclara. "Si logramos tener ese sello será genial; todo el mundo querrá tener esa vivienda adapta a casos de emergencia", concluye.

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