El alcalde de Cortes de la Frontera, José Damián García, rechaza hablar de milagro económico en su municipio y sigue con los pies en el suelo en cuanto a la realidad económica de su municipio, y es que a pesar de que ahora están al día con sus proveedores y la plantilla que quedó tras la reducción inicial no tiene nóminas pendientes, el Consistorio tienen todavía una importante deuda con Endesa y el próximo año comenzará a pagar los préstamos concedidos por el Estado para conseguir regularizar la quiebra que sufrieron las arcas municipales en el pasado.

“Estamos haciendo una buena gestión económica dentro de nuestra capacidad”, explica el regidor, que asegura que desde que se adhirieron al plan estatal han contenido el gasto y lo han ajustado a los ingresos, lo que incluso está permitiendo el poder tener cierto ahorro para al final de cada año realizar un quita a la deuda de alrededor de 1 millón de euros que mantienen con Endesa y que hace que todavía existan ciertos edificios e instalaciones públicas como el campo de fútbol o la casa de la cultura que sigan con el suministro eléctrico suspendido.

“Ahora estamos trabajando en tratar de solucionar este asunto”, dice García, que espera poder alcanzar algún acuerdo con la compañía sobre la forma de pago o acordar el suministro con alguna de las otras operadoras que existen en el mercado.

Incluso la mejora económica permitió el asumir con plantilla propia la realización de ciertos trabajos en los montes públicos que son necesarios para la saca del corcho, uno de los grandes ingresos de la localidad que comenzó a tener una mayor rentabilidad tras finalizar el periodo en el que se había vendido la producción de varios años en un mismo ejercicio económico.

Además, también García explica que han renegociado con el Ministerio de Hacienda la forma de pago de los 4 millones de euros que tienen que empezar a devolver el próximo año y que ahora tendrán 14 años de plazo en lugar de los siete inicialmente previstos, lo que reducirá las cuotas a pagar y dejará un mayor margen de maniobra.

Entre sus objetivos más inmediatos también se encuentran el poder terminar algunas de las obras de edificios públicos que quedaron paralizadas, para lo que han intentado vender en tres ocasiones sin éxito el hotel municipal que se encuentra cerrado, y eso que el precio de 1,4 millones de euros era muy inferior a la tasación de 3 millones de euros que se hizo en el pasado. No obstante, ahora la principal opción ya no sería vender y sí alquilar las instalaciones, que ya lo estuvieron en el pasado por un importe aproximado de unos 3.000 euros mensuales.