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"La Costa del Sol en invierno es ahora más aburrida que antes"

  • Este experto afirma que para crear empleo estable "hay que alargar la temporada y mejorar la clientela" Exige a los políticos que no salgan tanto en la prensa y que trabajen más

José Prieto es un referente en el sector turístico de la Costa del Sol. Es un firme defensor del asociacionismo y lamenta que haya "poca unión" entre el empresariado local, un aspecto que considera clave para que este destino siga siendo pujante. Habla de forma pausada, con un timbre de voz agradable, y lanza mensajes claros. Asegura que la Costa del Sol es "aburrida" en invierno y advierte de que, si no se pone remedio, se puede acabar la gallina de los huevos de oro.

-Estamos a dos semanas del inicio de la Semana Santa ¿qué perspectivas hay en la Costa del Sol desde el punto de vista turístico?

-De momento hay mucha esperanza, porque estamos saliendo de un invierno que ha sido muy duro, no tanto por la baja ocupación , que también, sino sobre todo por los precios. La Semana Santa es la inyección de oxígeno que todos necesitamos. Parece que de momento está habiendo interés, pero todavía faltan reservas. La Semana Santa siempre es buena. Nuestra dificultad es saber cómo va a incidir la crisis en España, porque el turista que viene en estas fechas es español.

-Quién le iba a decir a usted hace unos años que apenas sabría cómo iban a estar las reservas para Semana Santa a solo dos semanas vista.

-La gente espera ahora hasta el último minuto. Va a ser vital, como siempre, lo que diga el telediario sobre el tiempo. Si anuncian sol y buen tiempo vendrá mucha gente; si no, los turistas tienden a irse al turismo de interior y a zonas de nieve. En cualquier caso, siempre hay gente fiel a este destino en Semana Santa que viene. La capital tiene un tirón tremendo de Jueves a Sábado Santo. El problema ahora mismo es el de siempre, que los precios están muy bajos.

-El turista siempre piensa que si se espera a última hora encontrará más ofertas. ¿Es así?

-Los portales de internet nos están pidiendo ofertas. La Semana Santa tiene un precio de temporada media. En estos días se están abriendo hoteles que cerraron en invierno y no sé cómo irán.

-¿Por qué son tan duros los inviernos en un destino maduro como éste?

-Hay dos razones en la costa. La primera es que los precios se han hundido por la cantidad de ofertas y destinos que hay. Lo segundo que nos está afectando mucho es que los piratas están creciendo como setas en el área inmobiliaria. Hay mucha gente que tiene apartamentos que antes lo usaban para ellos mismos y que ahora los están alquilando al primero que llega y por lo primero que paga. En invierno viene a la costa mucha gente mayor a pasar estancias largas y cualquier oferta les viene bien. Hay una guerra importante que hay que canalizar.

-Habría, por tanto, dos guerras. Una entre los propios hoteleros por los precios y otra con los alquileres ilegales de apartamentos turísticos.

-Eso se está notando mucho. Tenemos mucha gente mayor que viene desde hace muchos años y que seguirá viniendo. Normalmente se aloja en sus sitios conocidos, pero están recibiendo muchísimas tentaciones. Hay muchos clientes que se alojan donde siempre porque valoran el servicio y otros a los que les dicen en el bar que tienen un amigo que les alquila un piso por 50 euros menos. Eso genera al final confusión y malestar. Esto es consecuencia de la crisis, porque la gente tiene necesidad de ingresos.

-Cada año tenemos el eterno debate sobre la estacionalidad ¿hay alguna forma para acabar con ella?

-Nunca vamos a acabar con ella. Las estaciones son estaciones y cada época tiene sus clientes. La estacionalidad ha existido siempre y seguirá existiendo. Lo que pasa es que hay que trabajar con los tipos de clientela de cada estación. En la Costa nos hemos abandonado mucho en la temporada baja. Tenemos que buscar clientes y mejorar mucho la promoción en temporada baja, así como las relaciones con la touroperación. La prueba de ello es que la Costa del Sol ha caído mucho más que la diferencia de seis grados que tenemos con Canarias, que sigue funcionando muy bien en temporada baja con gente que no va allí a bañarse sino por el clima y que nosotros también podríamos tener. Pero en la Costa hemos perdido gran parte de la touroperación.

-¿Nos hemos dormido en los laureles?

-Durante años hemos pensado que la solución era internet, las nuevas tecnologías y nos hemos confiado mucho en captar al cliente individual. Eso hay que cuidarlo, pero tenemos que recuperar los touroperadores que hemos perdido. Aparte de eso tenemos segmentos que hay que trabajarlos mucho más. El deportivo, por ejemplo. Durante años cometimos el error de tener unos precios muy altos en golf, hay gente que se ha ido a otros destinos y ahora cuesta mucho recuperarlos. Lo que no podemos es conformarnos. Decir que los turistas ya vendrán en verano, subir los precios y mantenernos con eso. Eso hace que una zona se muera y que no viva del turismo.

-Ese trabajo ¿corresponde a los empresarios o a la Administración?

-A los dos. Cada uno tiene que hacer lo suyo. La Administración tiene que aglutinar, crear imagen y hacer promoción. Los empresarios tenemos que mantener el producto, porque en invierno perdemos muchos productos. Hay que mantener más chiringuitos abiertos, hay que mantener animación, hay que mantener vida. La Costa en invierno es ahora más aburrida que antes. Uno de los grandes atractivos de esta zona es que era más divertida que otras.

-¿Por qué se ha perdido esa diversión?

-Antes había más espectáculos, más cosas abiertas y más unión. Ahora hay determinados negocios que como en invierno no son rentables se cierran. Creo que habría que mantenerlos abiertos por imagen.

-Pero el empresario puede decir que la imagen no le paga las facturas.

-Sí, pero hay zonas emblemáticas como La Carihuela que utilizamos mucho como imagen con el pescaíto. Ahora vas por allí una noche y La Carihuela está muerta. Hay que buscar un acuerdo entre la Administración y las empresas para que se mantenga ese atractivo. Y digo La Carihuela como si digo el puerto deportivo de Benalmádena o el paseo marítimo de Fuengirola. Hay que procurar que no nos falte vida porque si no los turistas dejarán de venir. Nosotros estamos pasando de ser una zona que tenía vida a ser una zona que deja de tenerla y la gente buscará otros destinos como Canarias y otros nuevos. A lo mejor no podemos tener ambiente en toda la Costa, pero sí en ciertos puntos. Un ejemplo claro es Málaga capital, que está subiendo de forma constante en los últimos años porque tiene actividades culturales o deportivas, se generan nuevos negocios, se hace publicidad y eso despierta el interés. Este invierno me ha pasado que clientes que pasan dos o tres meses en la Costa reciben visitas de hijos o amigos y, para enseñarles el destino, les llevan a comer pescaíto. Antes se los llevaban a La Carihuela y ahora se los llevan a El Palo y Pedregalejo porque allí sí hay ambiente y atractivos.

-Es la pescadilla que se muerde la cola. Empresarios que no abren porque no hay clientes y clientes que no van porque no hay nada abierto.

-Claro. Todos tenemos mucho trabajo que hacer para recuperar los clientes. La Costa del Sol se está desintegrando. Hay que buscar puntos de encuentro que tienen que tener vida de forma permanente. Los empresarios y el ayuntamiento que corresponda deben ponerse de acuerdo y buscar una programación de ocio y animación. Los empresarios hablamos mucho de la responsabilidad social y hay que mirar un poco por el interés general. Los empresarios tenemos que aportar presencia, calidad y producto, aunque en algunos casos sea perdiendo, para que esa imagen general no se pierda.

-¿Se ha perdido el carácter local o tradicional en la Costa?

-Sí. Solo se busca lo que sea rentable y no pensamos en que tenemos que mantener algo que sea nuestro. Una seña de identidad. Si las perdemos todas automáticamente, por mucho que promocionemos, la gente se dará cuenta de que es publicidad falsa. Si hacemos mucha promoción del flamenco y después un cliente que está aquí no tiene la oportunidad de ver flamenco nos dirá que le hemos engañado. Si vendemos el maravilloso pescaíto de Málaga y después el cliente, en la zona emblemática del pescaíto, solo se encuentra tiendas de gafas y cinturones con dos restaurantes, se comerá el pescaíto allí pero no tendrá el ambiente marinero que debería acompañarlo. La Carihuela era el lugar emblemático del pescaíto y ahora es Pedregalejo-El Palo.

-¿Cree que 2013 será mejor que 2012?

-Yo creo que sí . Primero porque de todo lo malo se aprende. Segundo porque la situación es tan difícil que obliga a trabajar mucho más. Todo el mundo está haciendo muchísimos más esfuerzos y si se intentan cosas algún resultado se consigue. Sí que parece que hay cierto ambiente de que la situación no empeora. La necesidad nos ha obligado a esforzarnos mucho más. A nivel exterior estamos mejorando porque tratamos de ir a por los clientes donde estén.

-Siempre se le ha achacado a los empresarios turísticos, por ejemplo, su escasa aportación económica al Patronato de Turismo.

-Entre los empresarios, en teoría, hay mucha unión pero a la hora de la verdad no es así. Echo de menos que se constituyera una mesa con las Administraciones, empresarios y la Universidad. Los empresarios pueden aportar su conocimiento del día a día y la universidad puede desmenuzar todos los datos que nos llegan, porque suelen ser muy generales. La visión general de esos datos es que todo va bien, pero no es así porque se cierran negocios, hoteles, la gente va al paro, no se crea empleo y las empresas no generan beneficios. Por mucho que digamos que viene más gente las cosas no van bien. Cada uno se mantiene como puede.

-Si viene más gente y el sector no va bien ¿cuál es el problema?

-Eso me pregunto y hay que profundizar en los datos que nos dan porque no es lo mismo Málaga capital que la zona de Torremolinos, la de Marbella o la del interior. Hay que hacer un estudio para cada zona. El Observatorio Turístico que tenemos da datos demasiado globales. Sabemos la gente que viene por el aeropuerto pero no a dónde va o qué es lo que hace. Tenemos clima y producto, pero no acabamos de salir del hoyo.

-¿Se reactivará el empleo en el sector turístico?

-Mientras no ampliemos el espectro no creo que se cree empleo. Los negocios turísticos ahora están subsistiendo, pero no son rentables. Entre los gastos básicos de un negocio el primero son los impuestos. En Benalmádena el impuesto de basuras ha crecido en 2012 un 550% y eso no hay empresa que lo soporte. En 2013 han dicho que van a hacer una rebaja y será un alza del 440% respecto a 2011. La electricidad ha subido una barbaridad, el teléfono... Son gastos que te los imponen y no puedes reducir. Al final acabas reduciendo personal. Para crear empleo estable hay que alargar la temporada, mejorar la clientela y traer más clientes. Mejorar la rentabilidad de la empresa.

-¿Cree que los políticos hacen todo lo que pueden para generar empleo?

-Sinceramente creo que los políticos que tenemos tienen que salir menos en la prensa, hacerse menos fotos y estar más en los despachos. Hay que dar a conocer las cosas que se hacen pero ¿por qué tienen que ir todos los políticos a la presentación de un acto? Que vaya un político y un técnico. ¿Por qué había esta semana en la ITB de Berlín 10 personas en una foto para decir que se ha reunido Fulanito con un touroperador o con una compañía aérea? ¿Qué es lo importante? La reunión. El trabajo que se ha hecho y los resultados que eso puede tener. Eso es lo que hace falta. Hay demasiado culto a la imagen y eso es tiempo que se resta de trabajar. Nos falta trabajo en mesas y resultados.

-¿Ha servido la reforma laboral más para despedir que para contratar?

-La reforma laboral ha servido para que no se cierren muchas empresas. Una empresa se tiene que adaptar a los tiempos que vive. Si no se hubiera despedido a personas una empresa no hubiera podido soportar su nivel de gasto y al final habría cerrado entera. Luego está la honestidad de la empresa y de sus trabajadores. Las empresas no son lo que dicen las leyes, sino la relación entre el empresario y sus trabajadores. Si hay unión y todos se ajustan a la realidad, esa empresa sale adelante.

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