"El Cottolengo es una casa preciosa, con un gran ambiente familiar"

Compatibilizará el nuevo cargo con la también dirección del centro de mayores Buen Samaritano de Churriana que ejerce desde hace años

El nuevo director del Cottolengo, Patricio J. Fuentes.
Victoria R. Bayona Málaga

12 de mayo 2013 - 01:00

La casa del Sagrado Corazón, conocida popularmente como el Cottolengo, vive una nueva época ahora que se ha conseguido que finalmente la residencia siga atendiendo, como sus voluntarios siempre recuerdan, "a los más pobres y necesitados que no tienen cabida en otros centros". Al frente de la dirección del centro está desde hace unos días, y por designación directa del Obispado, Patricio J. Fuentes, que afronta el cargo avalado por la gestión que desde hace años realiza en la residencia de ancianos Buen Samaritano. El director del centro geriátrico de Churriana -coordinado por Cáritas- compatibilizará ambos cargos hasta que la Diócesis encuentre una orden religiosa que se haga cargo de la casa de acogida. Mientras tanto, su titularidad será de una institución diocesana y contará con la colaboración de Cáritas.

Entre sus principales tareas de Patricio J. Fuentes está la de organizar la casa de acogida y activar su funcionamiento, algo que afronta "con fuerza, confianza e ilusión". Sus primeras jornadas en el Cottolengo le han servido para una primera toma de contacto con voluntarios, trabajadores y enfermos. "He estado conociendo la casa a fondo; lo primero que quiero que ver es con qué contamos", comenta. Y su primer diagnóstico sobre el centro es: "El Cottolengo es una casa preciosa, con un gran ambiente familiar". Todo son alabanzas para el equipo de voluntarios y empleados que acuden a sus instalaciones a diario. Y aunque han pasado solo unos pocos días, desde el lado de los voluntarios los elogios son recíprocos y hablan de su bondad y buen hacer: "Estamos muy contentos, es muy caritativo y muy humano".

A pesar de que todavía es pronto para avanzar nuevas líneas de actuación, el director tiene muy claro que lo principal es "mantener el espíritu que siempre ha tenido esta casa, el de atender a los más desfavorecidos, los que no tienen cabida en otros centros". Fuentes concreta que el perfil de acogida de este centro es muy diferente al de otras instituciones coordinadas por Cáritas, como la que él dirige en Churriana, y que será así cómo se seguirá gestionando en el futuro; "como se venía haciendo". "La columna vertebral sobre la que se sustentará el centro será misma: el voluntariado y donaciones", concluye.

La casa Sagrado Corazón de Jesús, el Cottolengo, lleva funcionando desde el año 1965, cuando las religiosas de esta orden abrieron un centro para atender a niños afectados por poliomielitis y a personas mayores dependientes y con pocos recursos. La marcha de esta congregación puso en riesgo hace unos meses la continuidad del centro, pero finalmente el empeño de voluntarios, enfermos, familiares y de la hermana María Isabel Gaztel -que continúa como voluntaria-, junto con la colaboración del Obispado y el Ayuntamiento posibilitaron su continuidad.

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