Málaga

Detectan un incremento de los ancianos 'abandonados' en el hospital

  • Aumentan los casos de familiares que intentan prolongar el ingreso para no llevárselos a casa

Fachada del Hospital Regional.

Fachada del Hospital Regional.

No hay estadísticas, pero los trabajadores sociales tienen la certeza de que aumentan los casos de ancianos abandonados en el hospital. Sus familiares no quieren o no pueden -porque trabajan o porque también son mayores- cuidarlos. Así que intentan prolongar el ingreso más allá de lo necesario desde un punto de vista clínico y son reacios a llevárselos a casa.

"Y esto es un hospital de tercer nivel; no una residencia. Hay muchas personas en lista de espera para operarse", explica el coordinador sociosanitario de la Unidad de Trabajo Social del Regional, Juan Antonio Torres.

Por un lado, el problema es que con el envejecimiento de la población, cada vez las personas viven más años y aumenta la cifra de grandes dependientes. Por otro, que el coste de cualquier residencia supera con creces la jubilación media. Una pensión puede rondar los 800 euros mensuales, mientras que un asilo difícilmente baja de 1.200 euros. "Muchísimas familias no pueden asumir ese desfase económico y por lo tanto no pueden llevar al abuelo a una residencia", asegura Torres. Así que tienen que cuidarlo en casa.

En numerosos núcleos familiares, hay ancianos cuidados con afecto y esmero. Pero en otros no tanto. E incluso, hay cuidadores que se esfuerzan muchos años, pero se cansan y "claudican". El resultado es que cuando el mayor ingresa en el hospital, intentan prolongar su estancia en el centro sanitario al máximo y cuando está próxima el alta son reticentes a llevárselos.

"Es cierto que existen unidades de respiro familiar para estos casos, pero tienen su coste y en cambio el hospital es gratis", indica Torres. Así, pone sobre el tapete una problemática que va en aumento por el envejecimiento demográfico: la necesidad de centros sociosanitarios que descarguen a los hospitales de agudos de casos en los que se requieren largas estancias, como pacientes geriátricos, ciertos enfermos neurológicos o accidentados con una recuperación prolongada.

La Unidad de Trabajo Social del Regional atendió el año pasado más de 4.200 pacientes con problemas sociales. En torno a la mitad eran personas de avanzada edad. Torres estima que al año puede haber alrededor de medio centenar de ancianos a los que la familia intenta dejar el mayor tiempo posible en el hospital.

En estos casos, la amplia mayoría de los familiares finalmente se llevan al abuelo tras la intervención de los trabajadores sociales. Pero hay un porcentaje -que Torres estima que puede rondar la media docena al año- en el que el hospital tiene que acudir a los trabajadores sociales de los centros de salud o de los ayuntamientos para encontrarle una salida. Incluso, en algún caso extremo, el abandono ha tenido que ponerse en conocimiento de un juzgado.

Torres asegura que estas situaciones en las que algunas familias tratan de prolongar la hospitalización suelen ser más frecuentes en verano. "Los niños están en casa porque no tienen colegio o la familia se quiere ir de vacaciones e intenta descansar del abuelo sin acudir a una unidad de respiro familiar que cuesta dinero y para eso trata de dejarlo en el hospital", afirma. Por eso insiste en que es hora de empezar a plantear estructuras sociosanitarias que den respuesta a una realidad que va en aumento y que no siempre encuentra la respuesta adecuada en las familias.

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