Detectan un ligero incremento de las agresiones a facultativos

Los trabajadores que velan por la salud de los demás desde los centros sanitarios están expuestos a perder la suya por una agresión. Según los datos del Colegio Médicos, cada semana se produce un ataque verbal o físico a estos profesionales; una cifra que no incluye las agresiones a empleados de otras categorías y en la que únicamente se contabilizan los casos que salen a la luz. Muchos ni se conocen.

La entidad colegial tiene registrados en l o que va de año un total de 15 agresiones a facultativos, de las que seis fueron físicas. El dato supone un ligero incremento con respecto a 2009, ya que representa casi la mitad de las 40 contabilizadas el año pasado. "Los usuarios deben entender que hay otros conductos para reclamar, que no pueden hacer valer sus derechos a bofetadas", reflexiona un médico de urgencias de un hospital malagueño que hace cuatro años recibió un puñetazo de un paciente que discrepaba con el tratamiento.

Su caso, aunque ha tardado cuatro años en dirimirse, fue uno de los primeros en el que un juez calificó los hechos como un delito de atentado al considerar que la agresión se había cometido contra un funcionario. Por ello, su agresor ha sido condenado a un año de prisión, a pagar las costas del proceso judicial y a una multa de 60 euros. No obstante, como es una pena menor y el hombre carece de antecedentes, no tendrá que pisar la cárcel. Pero para este facultativo, por lo menos se trata de una pena ejemplarizante. "Hasta hace unos años, se consideraba una falta y pegar a un médico costaba apenas 30 euros", apunta.

De los pleitos entablados hasta ahora por el Colegio, las sentencias siempre han sido favorables a los profesionales excepto en un caso. Aún así, los médicos no son muy proclives a denunciar. Según los datos de la entidad colegial, el 52% de los profesionales optan por no demandar a su agresor.

El facultativo -cuya sentencia dio a conocer ayer la Ser- fue agredido en mayo de 2006, mientras trabajaba en la urgencia de un hospital malagueño. Un usuario había empezado faltar el respeto a los trabajadores y fue a hablar con él. Pero no le dio tiempo porque le propinó un puñetazo. El médico agredido reconoce que ahora trabaja con más prevención y entiende que haya compañeros que prefieran no denunciar: "No nos gusta judicializar nuestro trabajo. Las agresiones verbales son a diario. Si denunciáramos las amenazas estaríamos todos los días en la sala de vistas. Las urgencias son el rompeolas de la frustración de las expectativas de los ciudadanos con respecto a la sanidad, pero hay otros medios de reclamar".