Diario de una puesta a punto

7ª semana en el O2 Centro Wellness El Perchel

La intensidad es vital para que el músculo no se acostumbre

Diario de una puesta a punto
Diario de una puesta a punto
R. G. R. / Málaga

01 de julio 2012 - 01:00

Querido diario: Si la semana pasada estaba pletórica porque mi cuerpo ya empezaba a notar los efectos del ejercicio constante después de seis semanas de entrenamiento intensivo, esta semana además de contenta estoy agotada. La premisa de la que partía mi entrenadora personal en el O2 Centro Wellness El Perchel de Málaga, Macarena Aragón, es que cuando el cuerpo empieza a acostumbrarse a unos ejercicios y a una intensidad determinada hay que aumentarla irremediablemente para poder avanzar. Y vaya sí lo ha hecho, porque tanta intensidad me ha hecho recordar lo que eran las molestas agujetas. Para mí han supuesto una tortura en algo tan habitual como levantar el bolso y colocármelo en el hombro, pero para mi entrenadora es una noticia maravillosa porque eso significa que he recuperado sensaciones musculares.

Si en base a esas sensaciones tengo que clasificar el entrenamiento esta semana, constato que ha sido más productiva. He entrenado con ganas, bien porque ya no me cuesta tanto realizar los ejercicios o sencillamente porque se acerca la recta final, y el ver tan cerca el objetivo motiva y mucho.

La variante de esta semana ha sido la posibilidad de entrenar con otra persona y he de reconocer que es estimulante. Quizás, de forma egoísta, porque compruebas que no eres la única persona que lo pasa mal al madrugar y someterse a un duro entrenamiento. Pero, sobre todo, porque motiva tener a alguien al lado cuando haces deporte aunque sólo sea por el orgullo personal de que no quedar por detrás. El primer día fue un entrenamiento de fuerza, press de pecho, dominadas, bíceps y triceps en poleas, y abdominales. Pero el viernes fue lo intenso de verdad. Un circuito en el que había que pasar por varios ejercicios, un minuto cada uno y con muy pocos segundos de recuperación. El objetivo era el agotamiento muscular y en otros incluso la fatiga muscular. Me encontré bien, pese a la intensidad, y hacer el circuito en pareja siempre ayuda a ver que sufrimiento no es algo inherente únicamente a ti. Si esta semana ha sido agotadora, la próxima me voy a echar a temblar. La semana que viene haremos un ejercicio específico de esta zona. Pero aún me queda un importante reto sobre el que trabajar: mi flexibilidad. Nunca lo he dicho, pero soy lo más parecido a una alcayata cuando se trata de intentar doblarme. Luego vendrá la parte difícil y será seguir sola haciendo deporte sin mi entrenadora. Mi reto será exprimir al máximo cómo colocarme y cómo programar el entrenamiento.

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