Málaga

Disuelven la protesta de Greenpeace en la central de Naturgy en Málaga, detienen a sus integrantes y retiran una de las pancartas

La Policía Nacional arresta a activistas de Greenpeace en las instalaciones de Naturgy.

La Policía Nacional arresta a activistas de Greenpeace en las instalaciones de Naturgy. / Javier Albiñana

La Policía Nacional, que desde primera hora permanecía en las instalaciones de la central de Naturgy en Málaga por la incursión de activistas de Greenpeace, procedió a empezar a disolver la protesta, arrestar a los manifestantes y retirar una de las tres pancartas que habían desplegado durante esta mañana.

Una treintena de activistas de Greenpeace ha accedido este jueves a la sede de la empresa en la capital para denunciar que está "costeando" la invasión de Ucrania con la compra de gas ruso. En una primera retirada, se desalojaron a una veintena de activistas, según Green Peace, sobre las 12:00 de medio día. La organización calculó en esos momentos que aún quedaban una decena en las instalaciones, además de las dos pancartas de mayor tamaño. 

Entre ellos se encontraban los escaladores que cobijaban los dos grandes carteles. El primero de ellos, situado en la chimenea, medía 15 metros de longitud, según los activistas de Greenpeace que se encontraban en las inmediaciones del recinto. La segunda pancarta, situada en la cara opuesta y colocada de manera horizontal, se extendía en 20 metros. Este último grupo descendió voluntariamente a eso de las 15:30 y también fueron esposados por la Policía Nacional. A esta hora de la tarde, un total de 23 personas se encuentran detenidas en la comisaría tal y como declaran fuentes de la asociación. 

Los participantes en la protesta han asaltado la instalación situada en el barrio de Campanillas "de manera pacífica a primera hora de la mañana", según ha explicado Francisco del Pozo, responsable de la campaña contra los combustibles fósiles de Greenpeace.  Poco después, varias dotaciones de la Policía Nacional se desplazaron hasta el lugar para controlar la acción.

Agentes de la Policía Nacional retiran una de las pancartas. Agentes de la Policía Nacional retiran una de las pancartas.

Agentes de la Policía Nacional retiran una de las pancartas. / Javier Albiñana

"El gas financia la guerra" y "Naturgy financia la guerra" son algunos de los lemas empleados por la organización en esta protesta, que se enmarca en su campaña de denuncia contra la eléctrica Naturgy (antes Gas Natural Fenosa) por ser la empresa energética que más gas ruso compra en España.

Se suma así a otras acciones llevadas a cabo por Greenpeace en la planta regasificadora en el puerto de Bilbao, la sede central de la compañía en Madrid y más de trece oficinas comerciales por toda la geografía española.

Según Greenpeace, Naturgy es la mayor compradora de gas ruso en España y le pide, al igual que al resto de energéticas, que deje de importar y quemar combustibles fósiles rusos al considerar que "siguen beneficiándose" de la guerra, los conflictos y la crisis climáticas.

"Hemos venido hasta la central térmica de Málaga para denunciar que Naturgy, al generar electricidad quemando gas ruso, es cómplice de la maquinaria de guerra de Putin, porque ese gas procede de una empresa pública ligada al Gobierno ruso", ha señalado el coordinador de la campaña de combustibles fósiles de Greenpeace, Paco del Pozo.

Agentes de Policía y activistas. Agentes de Policía y activistas.

Agentes de Policía y activistas. / Javier Albiñana

Del Pozo ha añadido que "los beneficios exorbitados que obtiene la empresa con la venta de esa electricidad están manchados de sangre porque se usan para financiar la guerra".

La organización ha informado en un comunicado de que el 10% del gas total consumido en España es importado desde Rusia por Naturgy que es, a su vez, la primera empresa de España en distribución y comercialización de gas fósil, y la tercera en electricidad.

Ha detallado que tiene un contrato de compra de gas con Yamal LNG, consorcio propiedad al 80 % por Novatec, una empresa pública rusa y controlada por dos oligarcas cercanos a Putin, Gennady Timchenko y Leonid Mikhelson.

Greenpeace reclama que se aborde una reforma estructural del mercado eléctrico que impulse un sistema energético renovable "capaz de centrar las centrales de gas", que favorezca el autoconsumo y que limite la "concentración de poder en pocas eléctricas"

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