Inmaculada Marín

"Divorciarse en una notaría aunque sea de mutuo acuerdo no da seguridad jurídica"

  • La delegada en Málaga de la Asociación de Abogados de Familia demanda un código específico y un procedimiento a medida para agilizar las causas judiciales por divorcio y desatascar los juzgados

La letrada Inmaculada Marín, delegada en Málaga de la Asociación de Abogados de Familia, está pasmada. Defiende, demanda y hasta implora la creación de juzgados especializados para resolver los conflictos que afectan a las familias justo cuando el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, plantea como fórmula mágica para desatascar los juzgados que los notarios puedan resolver divorcios de mutuo acuerdo.

-¿Las separaciones notariales son una solución?

-Es curioso. Lo que se debería hacer es crear la jurisdicción de familia. Hace años que reivindicamos una reforma integral que contemple un código y un procedimiento propio de familia. Eso sí resolvería el colapso, no llevar las separaciones sin hijos a los notarios. Hay muchas otras jurisdicciones que afectan sólo a temas mercantiles o económicos y tienen su propia jurisdicción.

-O sea, que no.

-Vamos a ser serios. Los juzgados no se colapsan por los divorcios y separaciones de mutuo acuerdo y sin hijos, que se ratifican en tres minutos ante un oficial o un secretario judicial. Lo que satura los juzgados son los procedimientos contenciosos mal enfocados y mal llevados.

-¿Qué riesgos tendría?

-Las partes no tendrían seguridad jurídica porque perderían el asesoramiento individual y específico que les proporciona el abogado. Ese asesoramiento no lo puede dar un notario. Por ejemplo, en una liquidación de gananciales de una pareja sin hijos con un patrimonio importante en conflicto, ¿cómo puede hacer el notario esa liquidación garantizando el asesoramiento para la defensa de los intereses de cada parte? ¿Cómo puede haber independencia? ¿Quién defiende eso si no son los letrados de cada uno? Además, ni siquiera las partes tienen derecho a allanarse ante determinadas propuestas. Por tanto, ¿cómo pueden irse a un notario sin la presencia de un juez? Eso requeriría una reforma muy importante de las leyes ahora vigentes.

-Y siempre hay una parte más frágil.

-El notario da fe de lo que se está haciendo, no tiene la función de asesorar, no es abogado. Ahora tenemos un pleito que es un verdadero delito para una de las partes que se ha quedado sin patrimonio porque no ha tenido un asesoramiento adecuado y ya no tiene remedio porque los plazos para la nulidad de los actos jurídicos son breves.

-¿Por qué entonces se ha esbozado esta solución?

-Llevo años pensando que todo lo que era consensuado iba a quedar fuera de la jurisdicción. De hecho Amalia Moreno [secretaria en Málaga de la asociación] y yo fuimos pioneras en mediación porque vimos que había necesidad de tratar determinadas materias que eran más personales que patrimoniales fuera del ámbito de la jurisdicción.

-Entonces se está aprovechando esta inquietud para abrir la vía de los notarios.

-Y al mismo tiempo también darle amparo a unos profesionales que de alguna manera han visto afectada su actividad por la crisis de la construcción... Pero eso no se puede hacer a costa de otros.

-La mediación es otra cosa, ¿no?

-Claro. El mediador no asesora, no sustituye al letrado. Es un facilitador de la comunicación entre las partes. Los que llegan a soluciones son las partes, no el mediador, que ni siquiera interviene en el proceso una vez judicializado. Cuando concluye la mediación, haya o no acuerdo, el letrado sigue haciendo su función.

-¿Es una ventaja para los abogados? Porque se podría pensar justo lo contrario.

-La dificultad del procedimiento no es jurídica. Procede del posicionamiento personal de cada parte y las capacidades del abogado no tienen por qué estar orientadas hacia esa esfera personal. Un especialista en determinadas materias ayuda a cerrar conflictos que a la larga impiden que se ejecuten las sentencias e incumplimientos en los temas relativos a hijos, visitas o custodias. Además que una parte admita que pese a no querer vivir con una persona puede hablar con ella es bueno para todos, también para el abogado. No sabe la de horas, consultas posteriores, preguntas y correos tontos que nos evitamos. Imagine lo que es que te llamen para preguntarte si tienen que meter o no el abrigo en la maleta del niño.

-¡Para eso llaman!

-Para todo porque entre ellos no se hablan. Por eso cuando interviene un mediador aprenden a comunicarse y nos ahorran muchísimo.

-Es más frecuente que un ciudadano acuda a un juzgado porque se va a separar que porque haya robado un banco. Sin embargo, da la sensación de que ésta es una jurisdicción menor.

-Efectivamente. Y lo más habitual es que si alguien tiene que ir a un juzgado sea por un asunto de familia. No es solo separarse, son también los acogimientos y adopciones, los desamparos, incluso las incapacidades y todo lo que afecta a menores, hasta la violencia de género, que aunque se ha escindido también incluye temas de familia porque se llevan liquidaciones de gananciales. También la separación de las parejas de hecho. ¿Realmente es una jurisdicción menor? ¡Pero si afecta a toda la vida de las personas!

-Si tuviéramos un código de familia, con su propio procedimiento y sus juzgados, ¿qué ganaríamos?

-Inmediatez. Los procedimientos para pedir medidas cautelares o de urgencia tardan meses. Los requisitos que la legislación pide son incompatibles con las necesidades puntuales que pueden estar viviendo las partes.

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