Doble recompensa

El Ayuntamiento aprueba en Pleno por unanimidad conceder la Medalla de Oro de la ciudad al colegio San José y nombrar Hijo Adoptivo de Málaga al padre Mondéjar

Unos estudiantes, ayer, en el taller de automoción, un ciclo de grado superior.
Unos estudiantes, ayer, en el taller de automoción, un ciclo de grado superior.
Esperanza Ruiz / Málaga

27 de noviembre 2010 - 01:00

Más de 100 años de historia avalan la labor educativa desarrollada por el Centro de Educación Secundaria (CES) San José de Málaga, cuyo nombre va ligado al del padre Mondéjar. Ahora el Ayuntamiento va a reconocer de manera oficial esa labor tras aprobar en el Pleno de ayer por unanimidad otorgar la Medalla de Oro de la ciudad al centro educativo y nombrar Hijo Adoptivo de Málaga al que fue su "gran impulsor", aunque no fundador, Francisco Mondéjar Cumpián, más conocido como padre Mondéjar. "Estamos muy agradecidos de que haya reconocido la labor de formación integral de la sociedad malagueña que lleva desarrollando el centro durante más de 100 años. Es un reconocimiento merecido para toda la comunidad educativa que ha integrado y que integra el CES San José", afirmó su director, José Cruces.

El nacimiento del centro, en aquel entonces conocido como Patronato San José, se remonta a 1906, cuando el jesuita Ramón Hidalgo comienza a dirigir un aulario al que asisten 205 alumnos en clases nocturnas y 190 en diurnas. Estas clases estaban destinadas a enseñar a leer y escribir al sector obrero de la ciudad. Poco a poco fue soportando una mayor demanda, hasta que en 1913 se trasladada a la calle Pozos Dulces. Tras pasar algunos años cerrado -durante la II República-, en 1945 Francisco Mondéjar se hace cargo de la dirección del centro.

Francisco Mondéjar nació en Algeciras en junio de 1907. A los 18 años ingresó en la compañía de Jesús y una década después se ordenó sacerdote. Llegó a Málaga en 1943 tras muchos viajes y cambios de residencia. No tardó mucho en encontrar su lugar en el Patronato de San José. Su trabajo se centraba en formar a obreros.

"Desde que se involucró con el Patronato de San José buscó por activa y por pasiva benefactores para el centro, incluso encontraba profesionales que impartían clase incluso sin cobrar", recuerda el actual director del CES San José, quien señaló que jesuita "vivía por y para la escuela".

Tal era el crecimiento del centro que el padre Mondéjar tuvo que buscar solares para poder construir un colegio que diera cabida a tanta demanda. No tardó mucho. El 12 de octubre de 1968 se inauguró la nueva sede en Carranque. Mucho han cambiado las cosas desde finales de los sesenta. De 34 profesores y tres jesuitas en plantilla por aquel entonces, ahora el centro cuenta con 33.000 metros cuadrados que acogen a 1.500 alumnos, 104 profesores y 13 profesionales no docentes.

"Hemos crecido en personal pero la labor del centro continúa igual. El padre Mondéjar apostaba por la formación profesional y éste es uno de los grandes pilares del centro. Actualmente ofertamos 11 ciclos formativos -seis de grado medio y cinco de superior-", señaló Cruces.

El recuerdo del padre Mondéjar está muy presente en los antiguos alumnos. "Recuerdo cómo año tras año llevaba el mismo abrigo y la misma boina. Tenía fama de ser muy severo, pero siempre tenía caramelos que repartía entre los alumnos", afirmó el presidente de la asociación de antiguos alumnos del centro, Juan Gaitán. Su especialidad eran las clases de inglés, aunque su intensa lucha por la formación profesional y sus contacto con colectivos y empresarios convirtieron en la escuela a "una de las más conocidas de la ciudad". "Los empresarios siembre venían aquí en busca de buenos profesionales", señaló Gaitán, que confesó que el centro les ha dado "tanto" que tienen "una deuda enorme" con él, y por ello presentaron la propuesta de conceder la Medalla de Oro de la Ciudad al CES San José y a uno de sus mayores impulsores.

En 1990, el jesuita fue trasladado a la residencia de profesores de la Cartuja, en Granada. Allí murió dos años después, en plenas fiestas de San José Obrero. Más tarde, el Ayuntamiento decidió dedicarle una calle en la zona de El Ejido. Desde entonces, el centro ha continuado con su crecimiento y divulgando "la formación tanto educativa como personal que siempre quiso el padre Mondéjar". Ahora, tras más de 100 años trabajando para la sociedad, el CES San José recibe una doble recompensa.

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