Se medirán en el uno contra uno y sólo el mejor valorado por los jueces saldrá victorioso. Los amigos de la infancia se volverán rivales, pero nada importa cuando manda el ego, cuando se enfrentan en una batalla que no admite rendiciones, solo la respuesta, el y yo más, la concentración, el control del cuerpo, la sorpresa del contrincante. El próximo sábado los malagueños Miguel Mateos y Daniel González, integrantes del grupo Malaganzters, serán los únicos participantes de la provincia en el campeonato nacional de breakdance Red Bull, que se celebra en Barcelona. En lo más alto,  medirán su valía junto a otros 14 bboys seleccionados de todo el panorama nacional.

"Ya estar ahí y competir con los mejores es un logro, ya que hay más de 1.000 bailarines de breaking en España", considera Daniel, de 17 años, estudiante de Bachillerato. "Es un concurso individual y te representas a ti mismo, pero sin duda llevamos con nosotros el nombre de Málaga", agrega Miguel, de 20, que cursa Historia del Arte en la UMA. Ambos explican la mecánica del certamen. "Nada más llegar hay un sorteo para hacer los emparejamientos de octavos, se hace el cuadrante y comienzan las batallas, con tres rondas cada una, es decir, tres participaciones de cada bailarín", explican Miguel y Daniel. Un Dj se encarga de poner su propia música y "tienes que adaptarte a ella y hacerlo lo mejor posible", agrega Daniel. Miguel apunta que "siempre tienes preparada una secuencia de movimientos que puede que encaje bien".

Tras diez años en el breakdance, Miguel y Daniel conocen a todos sus contrincantes, recuerdan lo que les han visto hacer en otros concursos, lo que son capaces de dar y lo que no. Esa es la primera estrategia que aplicarán para pasar a cuartos y seguir escalando posiciones hasta la final. "Ya en estos niveles hay mucha estrategia, al ser una competición de uno contra uno es como si el primero preguntase para que el otro le responda con la intención de superarlo", afirma Miguel.

Según al compañero que se tiene enfrente, se lanzarán en primer lugar o esperarán que sea el rival el que inicie la batalla. "Tú puedes responder haciendo un movimiento evolucionado", dice Daniel. "Pero también puedes salir el primero y hacer algo que sabes que el otro no va a poder hacer, aunque puede que te sorprenda", añade Miguel. En este caso, el ego les habría cegado al subestimar al contrario y podrían perder.

De los 16 participantes, casi la  mitad, siete en total, son andaluces. Esto habla del nivel que tiene Andalucía en este arte urbano que se puede resumir en "una lucha de egos", según los bailarines, "un trabajo constante para el que siempre te tienes que estar preparando".

Miguel Mateos quedó segundo en la clasificación regional de Valencia y Daniel González, semifinalista en la regional en Granada. Eso les valió la entrada directa en el certamen nacional. También se valora la trayectoria de todo el año. "Tuve una operación de menisco en octubre y no creí en ningún momento que este año llegara al Red Bull, esto consiste en una superación constante", admite Daniel que, como todos sus compañeros, siempre teme al fantasma de las lesiones.

Pero el breakdance, dicen los aspirantes a ser campeones nacionales, no es hacer "acrobacias" sin sentido. De hecho, éstas representan "ni un 10%" del baile. Se trata de "tener coherencia de movimientos, pensar, innovar, tener conocimiento de lo que haces", explican. Sacrificio, fuerza de voluntad, dedicación y pasión son términos que estos bboys unen a su forma de entender la vida. También el tiempo que dedican a observar las grabaciones de sus batallas, a analizar sus fallos, a corregir sus posturas, a estudiar a los contrarios. La clave, pensar y pensar en el break, este arte que se encuentra en su "momento de mayor efervescencia".

El sábado, en algún momento de la competición, tendrán que cruzarse. Esperan que sea en la final, porque lo que los dos tienen claro es que "todos vamos para ganar".