Los efectos de la descomunal tormenta que descargó el 17 de noviembre del año pasado de la capital fueron lo suficientemente graves y cuantiosos como para que el Ayuntamiento de Málaga esté dispuesto de nuevo a correr riesgos. El atoro de algunos arroyos embovedados fue el desencadenante más catastrófico de las inundaciones que pusieron en jaque a toda la ciudad y ha sido precisamente donde se han centrado este año las tareas preventivas. Trece de ellos, considerados los de mayor riesgo de taponarse, han sido inspeccionados a fondo y en tres de ellos se tendrá que actuar por la peligrosa ocupación del cauce.

Dos de ellos están prácticamente ocupados por tuberías de saneamiento que no pertenecen a la red municipal, mientras que en otro se han detectado problemas de aterramiento. Los embovedados inspeccionados por los técnicos de Empresa Municipal de Agua (Emasa) durante el mes de septiembre, a propuesta de un informe del servicio de Protección Civil del Consistorio malagueño, fueron los de los arroyos del Burro, Palma, Virreinas, Alegría de la Huerta, Cementerio, Teatinos, Carretería, El Cuarto, El Palo, Palmilla, Quintana y San Antón.

Pero únicamente en estos tres últimos se ha detectado algún problema porque, según aseguró a este periódico el concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, "la mayoría están bien".

El caso que más preocupa es el del arroyo Quintana, que discurre por la zona de Ciudad Jardín, donde una conducción de saneamiento del centro de salud que hay en la zona "cruza el embovedado dejando una parte prácticamente inutilizada", señaló el edil.

No parece algo muy grave, según Jiménez, pero "hablaremos con la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía para encontrar una solución y enmendar la situación que puede suponer una situación de peligro si llueve abundantemente".

El Ayuntamiento también está tratando de localizar al propietario de los terrenos por los que discurre otra tubería que también está taponando parte del arroyo de San Antón y cuya procedencia se desconoce por el momento. El concejal de Medio Ambiente indicó que se ha pedido la colaboración a los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo para saber a quién pertenece.

En cuanto al arroyo La Palmillas, los problemas que han encontrados los técnicos de Emasa tras su inspección es que el embovedado presenta riesgo de atoro por la cantidad de arrastres y maleza que tiene en su interior y que habrá que retirar.

La concejal de Servicios Operativos en el Ayuntamiento de la capital, Teresa Porras, destacó la importancia de la labor preventiva para prevenir inundaciones como las del año pasado e instó a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta Andalucía a que "cumpla con su obligación en la limpieza de los cauces que este año aún no ha hecho pese a haber comenzado ya el periodo de lluvias".

Hacía años que no se llevaba a cabo una tarea tan meticulosa para conocer el estado de los embovedados de los arroyos de la ciudad. Los técnicos de Emasa, según el edil de Medio Ambiente, tuvieron que utilizar maquinaria especializada para poder acceder a algunos de ellos dadas sus estrechas dimensiones. En aquellos donde no pudieron meterse los propios operarios, Jiménez explicó que se utilizaron robots y cámaras de televisión que grabaron el interior de las embovedados que Protección Civil apuntó como los de mayor riesgo ante una posible tromba de agua en los próximos meses.