Emasa busca dinero para el megacolector que reduciría la suciedad de las playas
La empresa municipal estima que la obra costará unos 18 millones de euros e incluirá la construcción de cuatro emisarios submarinos con los que se pretende mejorar la calidad de las aguas de baño de Málaga
La Empresa Municipal de aguas de Málaga (Emasa) tiene una idea para terminar en parte con el problema de las natas que con tanta frecuencia aparecen flotando en las playas de la capital, pero le falta la financiación. Unos 18 millones de euros necesita la empresa municipal para poder llevar a cabo su plan para construir un macrocolector de 3.200 metros de longitud que recogería el agua de la docena de aliviaderos que en la actualidad vierten directamente sobre la arena de toda la zona de poniente de la capital y que originan serias molestias a los bañistas que acuden cada verano a ellas por la suciedad que generan.
Es un ambicioso proyecto para el que el Ayuntamiento de Málaga carece de recursos propios, y más cuando ya ha planteado su intención de abrir la vía a una posible privatización parcial de la empresa de agua por la enorme deuda que acumula. Pero las distintas vías abiertas en los últimos años para poder financiar la costosa obra a lo largo del paseo marítimo de poniente no han llegado a ningún sitio.
Primero, Emasa incluyó esta iniciativa en el listado de obras que se solicitó a la Junta de Andalucía para obtener financiación de la Unión Europea a través de los fondos Feder. Después, el proyecto cayó en manos de Antonio Rodríguez Leal cuando aún era director gerente de la extinta de la Cuenca Mediterránea Andaluza. Y, por último, fue la anterior delegada del Gobierno del Gobierno andaluz en Málaga, María Gámez, la que escuchó la petición de Emasa que hasta la fecha ha caído en saco roto.
La solución que plantea la empresa municipal para acabar con la suciedad de las playas, al menos mejorarla, iba más allá de la zona occidental de la capital. La idea consiste en construir cuatro emisarios submarinos, dos situados en la zona de La Misericordia y otros dos entre la calle Pacífico y el arroyo Jaboneros, para recoger las aguas residuales y pluviales de los numerosos aliviaderos que desembocan en estos puntos y que en la mayoría de los casos desembocan en la misma orilla de la playa.
Si se construyen finalmente, Emasa prevé que disminuya de forma considerable el problema de la suciedad de las playas puesto que la salida de los emisarios estará situada a alrededor de 800 metros de distancia de la costa y a unos 30 metros bajo el mar. Pero además el proyecto contempla colocar una filtro en cada uno de ellos para impedir la salida al mar de residuos sólidos como bolsas de plástico, compresas o pañales.
Los cuatro emisarios submarinos ya existentes desembocan en las playas de La Misericordia, Gálica, Sacaba Beach y Orfila, y se construyeron entre 1985 y 1990. Cada uno tiene una capacidad para evacuar hasta mil litros por segundo, aunque los aliviaderos conectados a las estaciones depuradoras de aguas residuales del Guadalhorce y el Peñón del Cuervo pueden llegar a expulsar el doble.
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