Emasa coloca testigos para evitar que el mejillón cebra llegue a El Atabal
La empresa analizará las muestras cada dos semanas para controlar a esta especie que podría producir atoros en las tuberías
El mejillón cebra ya campa a sus anchas por los pantanos del Guadalhorce de la provincia de Málaga y se teme que su expansión pueda acarrear un serio problema para las canalizaciones que llevan el agua para abastecer a la capital. Para evitar riesgos, además de las medidas de prevención puestas en marcha por la Consejería de Medio Ambiente, la Empresa Municipal de Agua (Emasa) ha instalado testigos en varios puntos para detectar la presencia de larvas de esta especie invasora e impedir que llegue a entrar en la plata desalobradora desde la que se abastece a la población.
No es que suponga un problema para la calidad del agua, pero sí para las canalizaciones que podrían verse obstruidas si son colonizadas de forma masiva por el mejillón. Los testigos, que consisten en una especie de red a la que se adhieren las larvas, para la recogida posterior de muestras han sido colocados por Emasa en la zona de Paredones (debajo de la presa de La Encantada), en el sifón de Campanilla y en la tubería de entrada a la propia estación de El Atabal.
Las primeras muestras ya están siendo analizadas en el laboratorio de la empresa municipal y los primeros resultados estarán en breve. El control de estos testigos se hará cada dos semanas para seguir la evolución de esta plaga. Además, los técnicos de Emasa trabajan en encontrar una formulación perfecta jugando con distintas concentraciones de hipoclorito de sodio y sulfato de hierro para frenar al mejillón en la primera fase del tratamiento de agua por decantación en el caso de que consiguiera finalmente colarse en la planta.
Incluso, según pudo saber este periódico, Emasa plantea la posibilidad de colocar plantas de dosificación de estos mismos compuestos químicos a la altura de depósito de Pilones para que actúen de barrera antes de que termine afectando a El Atabal.
El problema es que este organismo, originario del mar Caspio, pertenece a una especie muy dañina capaz de originar cambios ecológicos drásticos en los ecosistemas donde se instala y en los usos humanos ligados a estos medios fluviales, como el taponamiento de las conducciones de agua. Además, por su modo de dispersión asociado al trasiego de embarcaciones, es capaz de expandirse en un corto periodo de tiempo por un gran número de zonas.
Ante su alarmante proliferación, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía puso en marcha hace unas semanas una campaña para tratar de frenar su expansión en los embalses de la provincia, con especial énfasis en el Guadalteba, el Conde de Guadalhorce y Tajo de la Encantada, parajes en los que se detectó su presencia el año pasado. Entre las medidas adoptadas se decidió también la realización de análisis de las aguas de forma quincenal, la colocación de carteles informativos y publicación de folletos con el fin de concienciar a la ciudadanía y la prohibición de navegar por estos pantanos.
También se ha instalado un dispositivo de vigilancia consistente en dos vehículos en los embalses del sistema del Guadalhorce dotados con una estación de limpieza móvil que se empleará en aquellos casos en que se encuentren usuarios que hayan entrado en contacto con la masa de agua de manera accidental.
La prohibición de navegar se debe a que el trasiego de embarcaciones puede contribuir a una expansión mucho más rápida.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Caja Rural Granada
Contenido ofrecido por Restalia