Málaga

Enfermeros de Salud Mental dejan de formar a residentes como protesta

  • Reivindican así que se reconozca su especialización y se les pague unos 120 euros brutos al mes

Una profesional trabaja con un niño en una unidad infanto-juvenil de Salud Mental.

Una profesional trabaja con un niño en una unidad infanto-juvenil de Salud Mental. / M. H.

Así como los médicos se capacitan en una especialidad, también en la enfermería se avanza en la formación específica. En 2016 se creó –por mandato de la Unión Europea y orden del Ministerio de Sanidad– la categoría de enfermero especializado en Salud Mental. Hay profesionales que se han capacitado siguiendo estas directrices, pero sin embargo siguen ejerciendo como enfermeros generalistas pese a tener la especialización porque el Servicio Andaluz de Salud(SAS) no avanza en su implantación. El problema es que aunque ya existe la categoría de enfermero en Salud Mental, el SAS no crea las plazas concretas.

Para reivindicar que se avance en la implementación de esta especialidad enfermera, los docentes que forman a los residentes en Salud Mental han decidido dejar ese trabajo formativo. El argumento de la Plataforma que agrupa a estos profesionales es que “no tiene sentido seguir formando especialistas que no van a tener ninguna posibilidad de trabajar” en Andalucía.

El reconocimiento de esta formación supone el pago de unos 120 euros brutos al mes y unos 90 netos. La Plataforma reivindica la reconversión progresiva del 100% de los enfermeros generalistas en especialistas. El SAS, apenas se plantea que sea un 25%.

El problema es similar al del niño no atendido por un pediatra sino por un médico general

En la actualidad, en un mismo dispositivo coexisten enfermeros con la especialización de Salud Mental y sin ella. Pero paradójicamente incluso aquellos que la tienen y que forman a residentes en esta especialidad, no siempre cuentan con el reconocimiento formal de la categoría y su correspondiente retribución.

La Plataforma cree que el SAS sólo pretende reconvertir el 25% de los puestos y únicamente de aquellas áreas asistenciales que no tienen cama; como equipos de Salud Mental Comunitaria, rehabilitación, unidades infanto-juveniles y hospitales de día. Dolores Gómez, portavoz de la Plataforma, denuncia que precisamente en los hospitales donde trabajan más profesionales y donde están los pacientes más graves es precisamente donde el SAS no prevé reconvertir los enfermeros de generalistas a especialistas en Salud Mental.

Para Gómez –más allá de la merma económica que supone el no reconocimiento de la especialización–, esta posición del SAS supone “una discriminación y una incoherencia”. Lo primero, porque unos pacientes son atendidos por enfermeros con la especialidad y otros no. Lo segundo, porque el SAS no apuesta por implementar la especialización en los dispositivos hospitalarios que son precisamente donde son asistidos los pacientes más complejos.

Del medio millar de enfermeros de Salud Mental en la comunidad autónoma, apenas un centenar está reconvertido de generalista a especialista. “El problema es similar al que hay con los niños que en vez de ser asistidos por pediatras, son vistos por médicos generales”, concluyó Gómez.

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