Epcos cerrará su fábrica en Ortega y Gasset antes de que acabe el año
La empresa acelerará el traslado al PTA tras la denuncia vecinal interpuesta
La empresa Epcos Electronic Components, S. A., antigua Siemens ubicada en la avenida Ortega y Gasset de la capital malagueña, acelerará su traslado a sus nuevas instalaciones en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) tras la polémica surgida en torno a la denuncia vecinal por las supuestas emisiones de zinc por encima de los niveles permitidos desde hace meses. Antes de que acabe el año la fábrica tiene previsto cerrar sus puertas en su actual ubicación y centrar por completo su actividad en el nuevo sitio, y tratar de zanjar así las sospechas que pesan sobre ella desde que en febrero la Guardia Civil iniciara una investigación sobre el caso, que terminó incluso en la Fiscalía.
Apenas se ha pronunciado en este asunto en los últimos meses desde que los vecinos de la zona pusieron la denuncia, pero ayer la empresa rompió su silencio para "rechazar todas las acusaciones recibidas en este tiempo" sobre la supuesta contaminación ambiental que estaba ocasionando en el entorno y recordó que inició su actividad hace 40 años cuando no había vivienda en los alrededores, según informó ayer en un comunicado.
El traslado de las instalaciones comenzó a mediados del año pasado, a pesar de que la intención inicial era haberlo hecho antes. De hecho, fue en 2006 cuando Epcos inició los contactos con el Ayuntamiento de Málaga para trasladar su actividad a un entorno industrial más acorde como es el PTA.
Pero a pesar de que la empresa desarrolla su actividad a medias entre la actual y la nueva ubicación, en el comunicado se insiste en que "no se ha bajado en ningún momento las exigencias medioambientales" en la planta de Ortega y Gasset.
La decisión de terminar el traslado a finales de este mismo año ya ha sido transmitida tanto a los organismos públicos como a los vecinos de la zona tan preocupados por los posibles efectos que las emisiones de la fábrica de condensadores pueda acarrearles a su salud.
Pero respecto a las emisiones atmosféricas, la empresa aseguró que los resultados aportados a la Delegación provincial de Medio Ambiente y que ha hecho una empresa certificada "coinciden con los datos obtenidos de sus propias mediciones", por lo que señaló que se cumple "rigurosamente con la normativa medioambiental al efecto".
Es cierto que la Junta de Andalucía en su informe concluye que las cantidades emitidas están dentro de los parámetros permitidos por la legislación en base a las muestras recogidas tanto en las viviendas cercanas como en el interior de la empresa y las chimeneas entre mediados y finales de marzo, justo dos días después de que este periódico publicara la intención de la Consejería de Medio Ambiente de llevar a cabo las mediciones en las instalaciones mediante una unidad móvil.
Además, se matiza en ese documento que ese polvo grisáceo que lo impregna todo en la zona ha resultado ser efectivamente zinc, pero aclara que es una sustancia "no catalogada como residuo peligroso". Un informe de la Universidad de Málaga, en cambio, determinó que se habían encontrado hasta 845 gramos de esta sustancia por kilogramo en las muestras tomadas en ese mismo lugar.
Sobre el ruido que también denunciaron los vecinos, Epcos también encargó un estudio tras el expediente sancionador abierto por el Ayuntamiento para aclarar que la contaminación acústica en la zona es tan alta que "no permite establece con precisión el nivel de ruido que llega a emitir la propia empresa dentro de su actividad".
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