Estación esperanza

El Metro de Málaga, su construcción y su próxima explotación, se ha convertido en una especie de estación esperanza para miles de ciudadanos en paro, que ven en la mayor de cuantas infraestructuras se ejecutan hoy en la capital de la Costa del Sol una salida a su crisis particular. Muestra de ello es que desde que arrancasen los motores de esta obra, los responsables del suburbano han recibido del orden de 19.000 currículos demandando un trabajo, la inmensa mayoría de vecinos interesados en ser empleados en los tajos de las líneas 1 y 2.

Las expectativas que genera este proyecto quedan constatadas estos días, después de que el pasado día 6 la concesionaria del ferrocarril urbano, Metro Málaga, anunciase la apertura del primero de los procesos de selección del personal que, a partir del 13 de febrero, actuará en la explotación comercial del suburbano. Los números, aportados por la empresa elegida para esta labor, Psicotec, hablan por sí solos, puesto que elevan a unos 2.000 los currículos remitidos por personas interesadas en las seis plazas para las que se busca personal, todas ellas vinculadas a mandos de dirección y con exigencias de formación elevadas.

Pero mientras se acumulan los currículos en los portales de internet de Psicotec y de Infojobs, la oficia del Metro sigue recibiendo a diario a decenas de vecinos interesados en saber si hay o no trabajo. Durante apenas diez minutos del pasado viernes, se cuentan siete u ocho personas que entran en las dependencias para preguntar sobre el asunto. Algunos se marchan con la idea de que tendrán que acudir a la empresa de selección, otros, interesados más en la fase de construcción, aprovechan y dejan su currículo con la esperanza de que suene su teléfono con la buena nueva de una colocación.

Tres de ellos son obreros ahora en paro que vienen a Málaga desde la localidad cordobesa de Priego. Antonio cuenta que empezó a poner ladrillos cuando tenía 16 años y ahora, a los 48, relata la penuria de alguien que acumula casi un año en el desempleo. "Nos hemos enterado que han abierto un proceso de selección y aquí que estamos, porque la cosa está muy mal". Como no hay tajo donde emplearse, no le ha quedado más que aprovechar la faena de la aceituna, ya terminada, para sacar algún dinero. "Tenemos que buscarnos la vida como sea; lo último que podemos es perder la esperanza", expone.

Junto a Antonio, Francisco, con el que tenía una empresa de construcción ahora inactiva por la falta de proyectos, y Carlos, que hasta el pasado mes septiembre estaba en una empresa que sólo cuenta ahora con tres operarios, cuando llegó a tener una veintena.

A Lorenzo no le interesa tanto el tajo como la posibilidad de ser, el día de mañana, uno de los guardas de seguridad del Metro. A eso se ha dedicado durante los últimos años, aunque ahora también está en paro. "He pegado a muchas puertas y he pensado que el Metro a lo mejor hacía falta". Él es uno de los que dejará su perfil profesional en Psicotec, aunque habrá de esperar a los siguientes procesos de selección para tener su oportunidad.

La previsión que maneja la concesionaria es que para la primera fase de funcionamiento del suburbano, que permitirá unir el Martín Carpena con Teatinos pasando por la estación de El Perchel, se necesiten un total 120 operarios para diversas tareas. Por el momento, la semana pasada sólo se abrió la espita para seis cargos (jefe de Mantenimiento; jefe de Organización y Recurso Humanos; Mando de Operaciones; responsable de Seguridad, y responsable de Mantenimiento del Material Móvil), esperándose que en los próximos meses se realicen nuevas acciones.