Málaga

Estudios a los que volver

  • El Instituto de Educación Permanente es el único centro específico para que los adultos se integren en enseñanzas regladas

  • Hay 1.400 matriculados

Estudios a los que volver

Estudios a los que volver

Hay 1.400 historias diferentes en el Instituto Provincial de Educación Permanente de Málaga. Jóvenes que abandonaron las clases para trabajar y ahora deciden volver y reconducir su futuro, opositores que necesitan el Bachillerato para presentarse a los exámenes, alumnos que intentan hacer compatible sus estudios con un negocio propio o un contrato parcial. Sus motivaciones y sus necesidades son distintas, pero a todos ellos les une el mismo propósito, hallar una segunda oportunidad en las enseñanzas regladas. En este centro con 19 años de historia, el único de la provincia específico para personas adultas, se imparte Educación Secundaria, Bachillerato y planes de preparación para el acceso a la universidad para mayores de 25 y 45 años. Una media de 2.000 alumnos se matriculan cada año. El problema es el alto grado de abandono, que se calcula entre el 40 y el 60%.

En parte del antiguo colegio del Carmen de El Bulto se ubica este centro que tan sólo cuenta con diez aulas para alojar a su prolija plantilla escolar. Desde las 8:20 a las 22:00 está abierto el instituto -tan sólo cierra una hora a medio día- para que sus 35 docentes puedan impartir clases. Solo en horario de mañana cuentan con 12 grupos, entre los que se incluyen los semipresenciales, que acuden al centro tres días a la semana. "Hay que hacer encaje de bolillos para cuadrar aulas y grupos", confiesa Francisco Téllez, director del IPEP desde 2005. En este instituto la ratio que permiten meter en cada clase es casi el doble de la estipulada "porque se calcula el abandono", dice Téllez. Así, "si los grupos presenciales tienen unos 35 alumnos, aquí hay 60". Eso sí, a estas alturas del curso no suelen ir a clase más de una veintena de compañeros.

La tasa de abandono es alta, entre el 40 y el 60% deja el curso por el trabajo o la familia

"El perfil del alumnado suele ser gente que no terminó sus estudios y decide retomarlos ahora", explica el director y apunta que hay más de 200 alumnos por la tarde y un centenar por la mañana en la Educación Secundaria para Adultos. En estos cursos la media de edad suele pasar un poco de los 20 años y la total del centro es de unos 27. "El año pasado tuvimos a una estudiante de 84 años que hizo Bachillerato", comenta Téllez. También recuerda a su antigua alumna Estrella, que con 64 años decidió emprender aquello que dejó pendiente para criar a sus cuatro hijos. "Es una mujer brillante cuya familia le animó a venir al instituto para que luego pudiera estudiar la carrera de Química", señala el director del centro.

Para Téllez en el IPEP "se percibe claramente cómo cambia la percepción del mundo que tiene el estudiante a través del conocimiento" y valora que los que regresan lo hagan por avanzar, por no quedarse encasillados, por buscar otras salidas. "Vienen conscientes de que quieren hacer las cosas, tienen claros sus objetivos, por eso cerca del 80% de los que se quedan sacan sus estudios", comenta el director. Aunque subraya con cierta pena que "este año tenemos mayor tasa de abandono y menor éxito académico". También desde hace años está descendiendo el número de aquellos que se presentan a Selectividad. "Ahora tenemos un tercio de los que antes iban a la universidad, suponemos que les falta motivación por estos estudios, que no ven salidas laborales y pierden interés", estima el director del centro.

La reactivación del mercado laboral, principalmente en la hostelería porque aún no es tan visible en sectores como la construcción, está influyendo negativamente en el abandono del alumnado. "Los que se van no es porque se rindan y no puedan hacer frente a sus estudios, sino porque les sale una oferta de trabajo o porque tienen problemas familiares", dice Francisco Téllez. El Instituto de Educación Permanente trata de adaptarse a las necesidades del alumno y su organización de clases y materias es mucho más flexible, no así los contenidos que son los mismos que se imparten en cualquier otro instituto. Algunos cursan materias por la mañana y otras por la tarde, cambian de turno según su necesidad laboral o fraccionan la matrícula para que el abandono no sea total.

"Tenemos buenos resultados en Selectividad, ocho o nueve de cada diez presentados aprueba, es un centro que funciona y es eficiente, ha habido años con más de 60 graduados en Bachillerato", relata Téllez. Lo que perjudica a estos alumnos, indica, es que en el acceso a los ciclos de Formación Profesional parten en tercer lugar, es decir, que sobre ellos tienen preferencia los que estudian en centros ordinarios y no de adultos.

Esto no le frena a Luis Marcos Perea, un joven de 25 años que cursa segundo de Bachillerato en el IPEP de la rama de Ciencias Sociales. "Hice un módulo de informática y luego hice el grado de Técnico en Conducción de Actividades Físico-Deportivas en el Medio Natural, TECO", relata. Ahora quiere hacer un grado superior de Márketing y Comercio y necesita el Bachillerato. Una carrera la ve "muy tarde para él", comenta, "ya saldría casi con hijos", dice. Por las tardes trabaja como entrenador en una escuela de baloncesto de lunes a sábado y estudia cuando puede. "Me está costando sacarme el curso por el poco tiempo que tengo, pero lo estoy llevando", dice.

Su compañera Isabel García Mateos tiene 18 años. "Estaba en otro instituto, tuve problemas muy serios y una amiga me recomendó venirme aquí, empecé el curso en octubre y estoy muy contenta, creo que es el mejor instituto en el que he estado, los compañeros son estupendos", considera Isabel. Fiona Consoli tiene 21 años y ya es autónoma. La Secundaria la terminó con 15 años y empezó a trabajar en la empresa familiar, una pastelería argentina. Cuando su padre falleció se hizo cargo de la empresa junto a su madre. "Lo bueno y lo malo de los autónomos es que no tenemos un horario y cuando tengo momentos libres aprovecho para estudiar", dice. Asiste a clases por la mañana y alguna por la tarde para poder hacerlo compatible con el trabajo. Cuando termina su cometido en la empresa, Fiona's Bakery, intenta dedicar tiempo a sus estudios. "Me encargo sobre todo de la parte administrativa del negocio", apunta y asegura que cuando acabe Bachillerato su intención es estudiar Ciencias Políticas. Isabel también quiere llegar a la universidad aunque aún no ha decidido qué grado estudiar. Está entre Derecho, Graduado Social o Periodismo.

Elijan lo que elijan, lo que "deben saber es que siempre que tengan una necesidad de retomar sus estudios van a tener recursos para hacerlo, Andalucía cuenta con una red de educación para adultos como ninguna otra comunidad autónoma", apunta el director del IPEP. Esas oportunidades que ofrece el instituto también se trasladan al centro penitenciario Victoria Kent en Alhaurín de la Torre. Este año han asistido allí a unas 90 personas, aunque tan sólo una media de 20 reclusos asisten con regularidad a las clases. Allí imparten Bachillerato, acceso a la universidad para mayores de 25 y 45 y ofrecen apoyo al estudio para los que pretenden graduarse en Secundaria. En sus manos ponen la llave para labrarse una nueva oportunidad a través del conocimiento.

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