Esta temporada de frío hay más preocupación entre los expertos por el impacto del virus de la gripe entre la población y el sistema sanitario que por los efectos del coronavirus. Los especialistas estiman que habrá una mayor incidencia de los cuadros gripales que en los dos años anteriores y que, previsiblemente, el Covid estará contenido tras la cuarta dosis que ya están recibiendo las personas más vulnerables.

“El Instituto Carlos III prevé que esta temporada va a haber una mayor incidencia [nuevos casos] de la gripe que el año pasado”, confirma el vicepresidente del Colegio de Médicos, José Antonio Trujillo. La coordinadora del Grupo de Trabajo de sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología, Ángela Domínguez, coincide: “Cabe esperar un aumento de los casos de gripe”. No obstante, matiza que dependerá de cómo circule el Covid y de las medidas de prevención que siga la población, entre las que cita la vacunación antigripal en primer lugar.

Ambos expertos explican que el aumento de la gripe se prevé por varias razones. Una, que prácticamente en estos años de pandemia apenas circuló el virus gripal. Por lo tanto, la inmunidad natural que da el contacto con esos gérmenes, en esta temporada otoño-invierno no existe.

Pero además, porque en el periodo en el que el coronavirus tuvo en jaque a los sanitarios y a la población, se implantaron medidas no farmacológicas para atajar el Covid que sirvieron como efecto colateral para frenar la expansión de otros virus respiratorios, entre ellos la gripe. Mascarillas, confinamiento, distancia social, cierres perimetrales, limitación del número de asistentes a las reuniones y mayor higiene de manos contribuyeron a que casi no circulara la gripe.

Pero ahora que esas medidas han decaído casi por completo –salvo la mascarilla en transportes públicos, centros sanitarios y sociosanitarios–, los expertos vaticinan que repuntarán los cuadros gripales. “Con el frío, se va a producir una alta incidencia de gripe y eso va a tensionar el sistema sanitario, sin duda”, advierte Trujillo.

Por su parte, Domínguez acota que en las dos temporadas anteriores, “el espacio lo tenía copado el SARS-Cov2 y el virus de la gripe no encontraba sitio. Al bajar el Covid, se ve que la gripe circula más”. De hecho, incluso ha circulado en verano; algo que inusual antes de la pandemia.

Por ello, ambos expertos insisten en la importancia de la vacunación antigripal y de que se sigan además medidas no farmacológicas para contener su expansión. Las vacunas están hechas con las cepas que más circulan. Pero dado que el virus de la gripe tiene una gran capacidad para mutar, los especialistas recomiendan que además se utilice la mascarilla para contener su propagación.

“La vacunación es la prevención de primera magnitud. Pero las personas vulnerables, además de vacunarse, deben seguir medidas de prevención no farmacológica”, según Domínguez. Entre ellas las aprendidas durante la pandemia, como el tapaboca, el lavado frecuente de manos y la ventilación de espacios. Trujillo añade además el uso de pañuelos de papel cuando se estornuda e insiste en la mascarilla cuando se asiste a un lugar concurrido. “Además, si tenemos sintomatología [gripal], hay que ponerse mascarilla para evitar contagiar a otros o si los niños están mal, no hay que llevarlos al colegio. Nosotros [en caso de estar infectados] podemos cortar la cadena de transmisión quedándonos en casa”, explica.

Respecto al Covid, la representante de la Sociedad Española de Epidemiología aclara que “no puede olvidarse aún” y que los especialistas deben seguir atentos a cómo se comporta. Aclara que alcanzar el 92% de la población con la pauta completa anticovid ha sido la clave para frenar la transmisión. Pero matiza que los virus tienen capacidad de mutar, por lo que la aparición de una variante agresiva podría romper la tregua que en este momento da la pandemia.