Fabrican colirios con suero sanguíneo para pacientes sin opción terapéutica
Es un tratamiento a la carta para cada enfermo que se elabora en el Centro de Transfusión · Desde 1999 ha atendido a más de 200 enfermos, de 6 a 93 años
Detrás de cada avance médico hay un paciente que tiene un problema y un puñado de profesionales con inquietud de solucionárselo. Un ejemplo es el colirio que se fabrica con suero de la sangre para tratar a enfermos en los que fallan los medicamentos de farmacia. En 1999, el oftalmólogo del Hospital Carlos Haya Rafael Garín tenía un caso de una úlcera de córnea resistente. El facultativo le planteó a la hematóloga del Centro Regional de Transfusión Sanguínea (CRTS) María del Carmen Hernández si podría fabricar un colirio con el suero de la sangre del propio enfermo, una alternativa terapéutica de la que le aportó diversa bibliografía. Y la médico encontró la solución práctica.
Desde entonces, más de 200 pacientes han sido tratados con colirios hechos a partir del suero de su propia sangre, un tratamiento que se utiliza cuando fracasan los demás. "El colirio de farmacia aporta humedad al ojo, pero este colirio además regenera el epitelio de la córnea", explica Hernández. Por eso es muy eficaz en el síndrome del ojo seco, que se presenta en diversas patologías oculares cuando no hay lágrima suficiente, lo que provoca la inflamación y hasta la ulceración de la córnea.
En 1999, el CRTS fabricó colirio para un paciente, el que motivó la inquietud de Garín. En 2007, la cifra ya era de 76 al año.
Para esta opción terapéutica se cita al paciente a primera hora de la mañana en las instalaciones del CRTS del Hospital Civil. Se le hace un análisis de sangre para descartar infecciones. Si está sano, se le extrae el equivalente a la décima parte de la sangre de una donación. Luego hay que dejarla que se sedimente. Los glóbulos rojos se precipitan hacia abajo y el suero -un líquido amarillento- queda en la parte de arriba. Después la sangre se centrifuga para separar bien ambas partes y finalmente con el suero sanguíneo del propio paciente y suero fisiológico de uso oftalmológico se le fabrica su colirio. Es un medicamento a la carta. Su elaboración tarda unas cinco horas, así que a última hora de la mañana, el enfermo se va con su tratamiento para unos dos meses.
La labor del personal del CRTS no es sólo fabricar el colirio. Los trabajadores también se encargan de informar detalladamente al paciente sobre cómo conservarlo.
Y como cada avance médico es el resultado de un problema, la solución para los pacientes que necesitaban un colirio ad hoc pero que tenían una infección llegó cuando se les presentó el primer caso en el que la sangre del propio enfermo no valía. La hematóloga probó entonces con la sangre de un donante compatible. Y funcionó. La donación se usa en personas que tienen una infección o en pacientes muy mayores a las que no se les puede ni encontrar las venas. Tres de cada cuatro son enfermos con una patología crónica y por lo tanto viejos conocidos del CRTS. El resto, pacientes que sólo necesitan este colirio de forma puntual.
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