Fallece al estrellarse un helicóptero contra una torre de alta tensión
Investigan si el piloto se dirigía a Marruecos para recoger un cargamento de droga
A primera hora de la mañana de ayer técnicos de la compañía Endesa encontraron en el entorno de la carretera de Casares los restos de un helicóptero siniestrado. La nave, que no tenía ningún tipo de identificación ni constaba en las torres de control de los aeropuertos de Málaga y Sevilla, quedó totalmente calcinada tras chocar con una torreta de alta tensión provocando un incendio de pequeñas dimensiones que fue rápidamente sofocado. De momento nada se sabe de la procedencia de este helicóptero, si bien los primeros indicios hacen sospechar que podría estar siendo utilizado en una operación de tráfico de estupefacientes. Entre los restos de la nave no se ha hallado droga, pero los investigadores apuntan a que el tripulante podría estar dirigiéndose a Marruecos para recoger un cargamento de droga que trasladaría posteriormente a la Península aprovechando la distracción que suponía el partido de fútbol.
Lo que tampoco se sabe es la identidad del cadáver hallado a 200 metros de los restos de la aeronave y que tuvo que ser recuperado por el Grupo de Rescate e Intervención de Montaña (GREIM) de la Guardia Civil ya que se encontraba en una zona de difícil acceso en el entorno del canuto de la Utrera. Los efectivos de la Guardia Civil consiguieron recuperar el cuerpo, que al parecer pertenece a un varón, pasadas las 14:00 para posteriormente trasladarlo al instituto de medicina legal donde se le practicará la autopsia. En cuanto al helicóptero, la mayor parte del mismo ha quedado calcinada por lo que solo se conserva una puerta, una ventana y el rotor de cola. Hasta el lugar de los hechos se trasladaron agentes de la Guardia Civil además de la policía local de Casares y Manilva al tratarse este paraje de una zona limítrofe entre ambos términos municipales. En este punto de la carretera de Gaucín que une la costa con Manilva y Casares, existe un parque eólico y varias torres de alta tensión contra una de las cuales chocó el helicóptero.
Ahora los investigadores tendrán que determinar las causas que rodearon este suceso en el que hay varias interrogantes abiertas. ¿De dónde venía el helicóptero? ¿A quién pertenecía? ¿Por qué las torres de control no sabían nada de su existencia? ¿quién era el piloto?
La tesis del tráfico de drogas por vía aérea no supone una novedad. La Guardia Civil ya consiguió con anterioridad abortar el alijo de 80 kilos de hachís que estaban siendo transportados en un helicóptero. Los efectivos del instituto armado interceptaron la aeronave sobre los cielos de la serranía de Ronda obligándole a poner rumbo al paraje de los Llanos de Aguaya con el objetivo de hacerlo aterrizar para proceder a la detención del piloto.
En este caso el alijo no estaba oculto, si no que estaba atado en el asiento trasero del helicóptero. Lo que sí había desaparecido era el navegador. Según los investigadores, de este modo se protegía el punto de entrega y de recogida de la mercancía.
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