Málaga

Familias del colegio Intelhorce recogen casi 900 firmas para pedir que se lleven a cabo las obras del centro

Padres y docentes del CEIP Intelhorce que han entregado las firmas en la Delegación de Desarrollo Educativo en Málaga.

Padres y docentes del CEIP Intelhorce que han entregado las firmas en la Delegación de Desarrollo Educativo en Málaga. / Javier Albiñana

Las necesidades en materia de infraestructuras educativas que tenía el colegio Intelhorce hicieron que se cerrara para volver a construirse. Ya han pasado cuatro años desde que los niños que estaban matriculados fueron trasladados a otro centro educativo. Ahora, las familias y la comunidad educativa del centro han recogido casi 900 firmas y las han llevado al registro de la Delegación de Desarrollo Educativo de Málaga para pedir que la Junta les de un respuesta y saber si se va a construir el nuevo edificio.

Con pancartas con frases como “queremos nuestro colegio”, “queremos volver al barrio” o “queremos un colegio” han llegado padres y profesores del Intelhorce este jueves a la delegación. Las familias están “cansadas” y “desmoralizadas”, señalan desde la Asociación de Padres y Madres del centro. Sus hijos llevan desde septiembre de 2019 en el colegio El Tarajal, donde pensaban que solo permanecerían un curso escolar. Para aquel entonces, había matriculados en el colegio Intelhorce 111 alumnos, desde entonces han ido perdiendo matriculaciones y ahora son 91. Para el próximo curso creen que no van a llegar a los 80 alumnos. Tal ha sido la pérdida de alumnos que a día de hoy solo tienen cuatro niños en primero de Educación Infantil, siete en segundo y seis en tercero. En este sentido, apuntan que han perdido una clase de Infantil porque 3 y 4 años están unidos y prevén que para el año que viene les van a poner a todos los niños de Infantil en la misma clase y señalan que esto “hará que las familias menos quieran traerlos”.

Fachada del colegio Intelhorce, cerrado desde 2019, con una pancarta reclamando la vuelta de los alumnos. Fachada del colegio Intelhorce, cerrado desde 2019, con una pancarta reclamando la vuelta de los alumnos.

Fachada del colegio Intelhorce, cerrado desde 2019, con una pancarta reclamando la vuelta de los alumnos. / Javier Albiñana

El centro no tiene el programa de acompañamiento

“Al no tener el colegio allí como una referencia, la gente del barrio que tienen niños pequeños no saben ni que existimos”, inciden desde el AMPA, que añade que “los que sí nos conocen no quieren meter a sus hijos pequeños de 3 años en un autobús para hacerse tres kilómetros”. Esa lejanía ha sido el principal problema que les supuso la reubicación del centro. Para paliar esta situación la delegación territorial de Educación puso en servicio un autobús gratuito, que sigue funcionando. Al igual que también cuentan con aula matinal y comedor sin costes.

Sin embargo, no cuentan con actividades extraescolares ni con el programa de acompañamiento, clases particulares para niños con dificultades. Los afectados aseguran que este programa es muy importante y que el Intelhorce “es el único centro de compensatoria de Málaga que no lo tiene”.

El centro en el que están, el colegio El Tarajal, tiene unos 200 alumnos, pero con la llegada de todos los alumnos y profesores del Intelhorce se han quedado sin espacio. Desde el AMPA del Intelhorce inciden en que se han quedado sin salón de actos porque ahora es una clase para ellos, la biblioteca se ha convertido en el comedor de los más pequeños y un porche exterior se ha acondicionado para que sea el de los alumnos de Primaria.

La obra del CEIP Intelhorce se valoró en 2,8 millones de euros

El proyecto de rehabilitación inicial era la quinta prioridad de la Consejería de Educación en Málaga, según se le transmitió a la comunidad educativa, que más tarde pasó a ser un proyecto de construcción más costoso aún, que ha acabado casi en el olvido. Esta obra se valoró en 2,8 millones de euros y después de cuatro cursos no ha habido ningún avance y no hay señales de que haya una solución pronto, algo que tiene a las familias afectadas “cansadas” y también con la sensación de que "se han olvidado de nosotros".

La recogida de estás 889 firmas que han presentado en Delegación ha sido una de las primeras medidas reivindicativas que quieren hacer. Entre los siguientes pasos que desean dar están el elaborar un vídeo en el que se cuente todo lo que llevan viviendo estos años para difundirlo en redes sociales y también seguir con escritos y hablar con la delegación para obtener una respuesta.

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