Felipe VI no reina en los centros públicos

El ya antiguo monarca Juan Carlos de Borbón es historia. O al menos eso se deduce tras visitar cada una de las instituciones públicas de Málaga en busca de la figura más importante de la España reciente. Retratos e instantáneas han sido un habitual durante 39 años en colegios y universidades públicas, consistorios, edificios estatales, juzgados.... Sin embargo, encontrar un vestigio de esta célebre seña de respeto se ha convertido en una odisea desde hace un mes, tras la coronación de su hijo, Don Felipe de Borbón.

"Quité el retrato de Juan Carlos hace unas semanas porque simplemente ya no es el Rey", explica Antonio Chaves, técnico de la consejería de Agricultura y Pesca en el Edificio de Usos Múltiples o Edificio Negro. Chaves decidió descolgar por cuenta propia el cuadro del antiguo monarca, que presidía el salón de actos de la edificación pública. Desde entonces, la estampa del soberano se encuentra en el almacén, ya olvidada y sin uso. A lo largo de las catorce plantas del conocido Edificio Negro, hogar de consejerías de la Junta, son pocos los despachos o salas de reunión que conservan en su pared el rostro del antiguo monarca. La obligatoriedad de exponer el retrato real únicamente señala a los ayuntamientos y diputaciones, por lo que, serán necesarias fotografías para 8.119 consistorios y 41 diputaciones de toda España. De esta forma, funcionarios del Edificio Negro decidieron en los últimos años retirar el retrato real por "falta de espacio" o sustituirlo, en algunos casos, por otra imagen. Por ejemplo, el fundador del PSOE y UGT, Pablo Iglesias, preside la pared del despacho de la Federación de Servicios Públicos de UGT.

Dentro de este barullo burocrático entre administración central y organismos públicos, fuentes de la Casa Real han confirmado que Felipe VI aún no se ha tomado la famosa instantánea. "En el momento en que se haga, se repartirá por los consistorios, diputaciones y particulares que lo soliciten", informa el responsable de prensa. Por tanto, las instituciones públicas se encuentran a expensas de que la administración dé el primer paso en el reparto de los retratos, acto para el que aún no hay fecha fijada. Mientras, edificios de la ciudad como la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, el Banco de España o el Museo del Patrimonio Municipal almacenan las imágenes del antiguo Rey, sin saber con exactitud qué hacer con ellas. En el Museo Municipal, la única estampa real pertenece a la colección Visitas reales: los Reyes de España en Málaga, donde directamente se encuadra a Don Juan Carlos como un personaje reservado para la Historia, junto a figuras trascendentales como los Reyes Católicos o Alfonso XII.

Otro caso es el de las escuelas e institutos, los que, más por costumbre que por obligación, han optado en gran número por hacer el encargo correspondiente de retratos. En muchos casos, estos pedidos presentan unas medidas específicas para así aprovechar los marcos de las antiguas estampas. Pepi González, ordenanza del instituto Christine Picasso, explica que la incertidumbre con este asunto es "máxima", ya que "no se han pedido nuevos retratos, ni nadie sabe cómo hacerlo".

Por su parte, los que realmente se ven obligados por ley a realizar estos cambios son el Ayuntamiento y la Diputación, que actualmente se encuentran inmersos en un proceso confuso. Desde el momento en que los operarios retiraron los cuadros y fotografías de las dependencias, se produjeron las llamadas a la Delegación del Gobierno en Sevilla, gestora de estos cambios entre retratos. Mientras tanto, a pesar de que el salón de plenos de la Diputación se encuentra huérfano de monarca desde hace un mes, Juan Carlos de Borbón "continúa reinando" en el Ayuntamiento desde el despacho del alcalde, Francisco de la Torre. Esta fotografía en la oficina del regidor malagueño constituye uno de los pocos vestigios reales en instituciones públicas de la ciudad.

Si hace 39 años, en el inicio de la etapa de la Transición en España, los operarios de turno colgaban la figura de Juan Carlos en los consistorios y colegios del país, hoy, esos mismos retratos se almacenan sin fin por un nuevo tipo de transición, la de la imagen y el protocolo.