Málaga

Una Feria a caballo

  • Los jinetes y la música son ya los protagonistas en el Cortijo de Torres

L A Feria del Real también tiene vida a la luz del día. La música retumbaba ayer cada caseta con una canción diferente, aunque, por supuesto, la protagonista de la mañana era el flamenco. En una de las casetas había un espectáculo de una decena de mujeres jóvenes bailando sevillanas al compás. En todas la casetas había ambiente, llenos de farolillos de papel que decoraban los techos. La Feria del Real es para niños, jóvenes y mayores. Allí todos se vestían con la ropa más cómoda, resguardados a la sombra. Por allá un grupo de mujeres vestidas iguales ríen yendo de camino a alguna caseta. Por otro lado mujeres vestidas de flamenca. Y, para las que un vestido sea mucho, está los ornamentos flamencos que decoran una falda vaquera, o la clásica camisa de lunares. Todas, sean niñas o mayores, se vestían de sevillanas a su estilo para sentir la energía del flamenco.

Pero los verdaderos protagonistas de las calles de la feria son los caballos. Los jinetes paseaban con calma, a veces en solitario, otros con sus compañeros. Las mujeres, de labios rojos y camisas azules, trotaban altivas por las calles. Tres amigos de avanzada edad caminaban hablando entre ellos. El hombre del centro llevaba a su nieta de poco más de tres años, blanca y de tirabuzones rubios, en su regazo. "¡Haznos una foto!, le pedía a su amigo. Estos tres jinetes no se pierden una feria, hay citas en el calendario que están para cumplirlas. "Llevamos viniendo todos los años, desde hace más de quince años", confiesa, "a los caballistas nos gusta más esto que el centro porque tenemos el recinto preparado para los animales".

Sin embargo, también los hay neófitos en el mundo equino. Para el hombre que esperaba hablando con su amigo al lado un carro de caballos lleno de niños era su primera vez en la Feria del Real. "Me voy a montar con mi amigo ahora en un momento, ¡tengo una suerte impresionante!", dijo entre risas. "Me gusta más el ambiente de los caballos".

Los animales y la feria también conquistaban a los niños. Luis, uno de los niños del carro, llevaba viniendo tres años, aunque era la primera vez que montaba en el carro de caballos: "va rápido". Por el contrario, Carmen, con pendientes de sevillanas rojos, montó a caballo el año anterior, "lo que me gusta es bailar". Y Adriana, más tímida, dijo en un susurro; "Y a mi las atracciones". Un policía, a caballo, notó que el ambiente estaba "muy tranquilo", aunque por la noche "suele cambiar". La Feria del Real tiene muchas caras, pero, sea como fuere, siempre hay un hueco para todos.

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