Málaga, ayer y hoy

La Feria que surgió gracias a los Reyes católicos

  • Alameda Principal: El paseo peatonal a principios del siglo XX era uno de los puntos donde se celebraba la Feria de la época, y que era decorado para acoger veladas y bailes.

Los Reyes Católicos ya concedieron en 1489 un mercado o feria a la ciudad de Málaga con carácter semanal, que se instalaba todos los jueves entre la puerta de Granada y la de Buenaventura como origen de la plaza del Mercado (actual de la Merced). Durante los siglos modernos el calendario festivo malagueño estaba jalonado de fiestas extraordinarias (fin de epidemias, coronaciones y hechos de la familia real) y otras con carácter regular siempre vinculadas a elementos religiosos. Los emplazamientos urbanos de estas fiestas eran la Alameda Principal, y las plazas de la Constitución y de la Merced.

Pero durante la primera mitad del siglo XIX las fiestas religiosas fueron decayendo, incluso el Corpus fue perdiendo importancia. Y a pesar del apogeo económico y demográfico de Málaga en esa época, carecía de un ciclo festivo definido. Según el historiador Víctor Heredia, "a partir de 1857 el Ayuntamiento malagueño adquiere conciencia de que la ciudad necesita una fiesta anual principal, con regularidad y continuidad", ya que señaló que en aquellos momentos se estaba consolidando el modelo de la feria de Sevilla "como gran mercado agroganadero que atraía forasteros y conllevaba un importante componente lúdico".

Entonces se eligió una festividad religiosa como el Corpus para montar unas fiestas en torno al mismo. Pero la grave crisis económica y social que sufrió Málaga en el decenio de 1880 creó un ambiente pesimista y empobrecido que acabó por deslucir y liquidar la Feria del Corpus. En 1884 se experimentó con el traslado de los festejos a las fechas de la Virgen del Carmen, pero tampoco funcionó.

La conmemoración del IV Centenario de la reconquista de la ciudad, que tenía lugar el 19 de agosto de 1887, brindó la ocasión para fijar y motivar definitivamente la Feria de Málaga. Pero no fue hasta a partir de los años 40 cuando empezó a organizarse anualmente de forma ininterrumpida.

A principios del siglo XX el nuevo Parque se convirtió en escenario de la feria, compartiendo protagonismo con otros espacios tradicionales como la Alameda, la calle Larios y la Plaza de la Constitución, que eran iluminadas para acoger veladas y bailes.

Un arenal privilegiado

La Alameda Principal surgió a partir de los permanentes aportes de tierra originados por las inundaciones del cercano río Guadalmedina, que provocaron la formación de un amplio arenal delante de las murallas y el alejamiento de la playa. A finales del siglo XVIII las autoridades concibieron transformar aquel espacio en un paseo público. Desde un principio se convirtió en el lugar de residencia de las grandes familias burguesas.

Un lugar definitivo

A partir de 1968 la feria de Málaga entró en una crisis de identidad paralela a la búsqueda de un nuevo recinto ferial estable. Se probó en el paseo marítimo en los derribos del Perchel, en el Arroyo del Cuarto, en El Viso, Teatinos y en 1998 definitivamente al Cortijo de Torres.

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