Nunca antes la bicicleta se había echo oír con tanta contundencia en Málaga. La modificación de la Ordenanza de Movilidad aprobada por el Ayuntamiento de la ciudad, forzando a las bicis y patinetes a abandonar las aceras y obligándoles, en muchos casos, a compartir la calzada con el tráfico motorizado, ha provocado una respuesta mayúscula. Miles de ciclistas han participado este domingo en una marcha que les ha llevado desde el puerto hasta El Palo, y regreso, y con la que buscan que el área de Movilidad dé marcha atrás en sus planteamientos actuales. Muchos son los que admiten abiertamente que desde la entrada en vigor de la norma han optado por dejar la bici, evitando de este modo el riesgo de circular por los carriles 30.
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