Francisco Gutiérrez. El último Defensor del Ciudadano
¿qué pasó con?
Francisco Gutiérrez, Paco Guti, acaba de realizar 90 kilómetros en bicicleta entre La Cala del Moral y Nerja en una misma mañana. Lo hace por pura diversión, porque necesita relajarse tras años de trayectoria pública, y porque acaba de jubilarse como funcionario de la Diputación. Guti no es hombre de siestas ni de jugar al dominó en un club de mayores, su trayectoria es la de alguien que desde los 37 años ha estado en los focos informativos, así que se ha dado de plazo hasta comienzos del próximo año para iniciar una nueva actividad.
Si hay dos épocas en su vida que han marcado la trayectoria de Gutiérrez son su paso por la dirección del sindicato CCOO, primero, y su posterior nombramiento como Defensor del Ciudadano de la Diputación, cargo que parecía creado ex profeso para alguien que había despertado muchas simpatías en los partidos de la izquierda por haber logrado insuflar nuevos aires de modernidad al sindicalismo. Él prefiere definirse como un "heterodoxo" dentro del movimiento obrero, alguien que llegó con la etapa de apertura de Antonio Gutiérrez en el ámbito estatal, a mediados de 1991, cuando los nuevos sindicalistas no conocían las cárceles del franquismo.
De aquella etapa fueron los conflictos laborales más duros que ha vivido la ciudad. A los pocos meses de llegar a la secretaría general del sindicato se produjo el cierre de la textil Intelhoce y las denuncias de corrupción y de apropiación indebida de sus responsables. El acuerdo para la creación de Hitemasa permitió que más de 300 empleados no quedaran en la calle.
Las pocas industrias malagueñas, Confecciones Sur, Confecciones Store, la Opel o la Renault, estaban en crisis. "Casi desapareció el poco tejido industrial de Málaga, afirma hoy Gutiérrez, pero también entonces se abrieron cauces de negociación entre empresarios y sindicatos", dice, que fructificaron en los primeros acuerdos sectoriales de negociación colectiva.
Su buena relación con políticos o empresarios como José María Flores, el ex presidente de la patronal con el que aún hoy sigue en contacto, le granjeó enemistades dentro. Estuvieron a punto de echarle de la secretaría general en dos ocasiones, la primera vez por asistir en octubre de 1993 al congreso provincial del PP que eligió a Manuel Atencia como presidente de la formación y la segunda, con ocasión del homenaje que 500 empresarios brindaron a Flores tras su jubilación y que no se quiso perder.
La etapa sindicalista se cierra en 2004, después de tres mandatos consecutivos, y Francisco Gutiérrez volvió a su trabajo en la Diputación como técnico en servicios sociales comunitarios. La tranquilidad le duró poco: en mayo del 2005 le ofrecieron ponerse al frente de una figura de reciente creación, el Defensor del Ciudadano, cuyo objetivo era atender las quejas por el mal funcionamiento de la Administración. "A aquello le eché muchas horas, pero me gustó", asegura. En los ocho años que estuvo al frente vio miles de expedientes, entre ellos los relativos al acoso inmobiliario que personas mayores sufrían por parte de las promotoras que deseaban rentabilizar los viejos edificios. "Conseguimos parar muchos desalojos y sobre todo conseguimos que no se hiciera por la fuerza sino por medio de un acuerdo" para buscar una nueva vivienda a los inquilinos.
De aquella época en que acudía a reclamar a las administraciones como la Junta de Andalucía o el Ayuntamiento de Málaga, recuerda algunos casos "emotivos" de soluciones sencillas que necesitaron su tiempo, como el de una madre de Ardales que reclamó una silla eléctrica para poder trasladar hasta su vivienda a su hijo adolescente y enfermo. Gutiérrez consiguió su silla tras reclamárselo a los Servicios Sociales de la Junta. Como aquel llegaron otros muchos casos, algunos relativos a la accesibilidad de edificios o a la falta de ascensores, "y conseguimos que se instalaran rampas de acceso o se ayudara a la instalación de ascensores".
El eterno candidato de la izquierda, como el mismo admite, al que tanto socialistas como Izquierda Unida propusieron en algún momento encabezar alguna de sus listas, dice que no ha entrado en política y que tampoco lo hará en un futuro. "Ofertas he tenido, pero no la tentación", dice quien quizás no recibió la que podía haberle hecho cambiar de opinión. Porque Francisco Gutiérrez asegura que toda su vida se ha sentido sindicalista, que esta función le "llenaba" y que aunque se considera un hombre disciplinado, también es un "espíritu libre". En su última etapa al frente de la Ventanilla Única de la Diputación comprobó en primera persona cómo la administración ha cambiado el lema de 'vuelva usted mañana' por el de 'aquí no es' y en esa línea se plantea nuevos retos en un futuro no muy lejano.
Francisco Gutiérrez, en un
banco del centro de Málaga,
lleva tres meses jubilado.
Francisco Gutiérrez, durante una reunión en la Diputación en su etapa de Defensor del Ciudadano.
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