Antonio Lavao tiene ya nuevos retos para Frunet. Una de las principales exportadoras de productos hortofrutícolas de España prepara su campaña de otoño y confía en recuperar el mercado que perdió cuando a finales de mayo las autoridades sanitarias alemanas la señalaron como fuente de la infección por la bacteria intestinal E.coli. Imposible olvidar esa semana injusta en la que las grandes cadenas europeas de supermercados les cerraron sus puertas.

Según asegura, aquellos lodos han dejado a la empresa pérdidas de 800.000 euros, la eliminación de siete puestos fijos en los departamentos de gestión y administración y el despido de la mayor parte de su personal eventual que de medio centenar no llega a la decena. Además, se enfrenta a un largo y complejo proceso judicial contra Hamburgo, al que le pide una indemnización por daños y perjuicios de entre 800.000 y 1,2 millones de euros. El daño a la imagen de Frunet no es cuantificable.

"La difamación tuvo una dimensión gigante y la rectificación mínima. Nos trataron como asesinos en radios, televisiones y periódicos; pero luego no hubo una rectificación pública y notoria como se debía de haber hecho", reflexiona Lavao tres meses después de que comenzara la pesadilla. "Pasé una semana fatal. No sabía qué estaba pasando, fue terrible y todavía no sabemos si tardaremos en recuperarnos tres meses, seis o un año. Todo fue muy rápido y muy injusto", recuerda.

Para Antonio, lo peor de lo ocurrido fueron las acusaciones que se vertieron desde Hamburgo hacia su empresa, lo que causaron "impotencia" y "frustración". "Es penoso que la gente se deje influenciar sin pensar por sí mismo. Fue una cacería de brujas. Yo me preguntaba, ¿nadie se da cuenta de que es un bulo"?

"Allí sentimos mucha soledad sin que los organismos públicos estatales callasen esa infamia", rememora. Con respecto a la actividad de la cooperativa, el gerente señaló que la campaña de verano está siendo "bastante floja", debido a la pérdida de producción, y situó el volumen de trabajo entre "el 10% y el 20%", respecto a otras temporadas.

"La campaña está siendo nefasta a nivel de precios, porque hay una falta de consumo en centroeuropa, originada por la incertidumbre y el miedo de la publicidad alemana, no sólo sobre nuestros productos, sino sobre los productos frescos en general", señala.

A pesar de ignorar cuándo se producirá la recuperación, Lavao asegura tener nuevos retos. "Tenemos la conciencia muy tranquila", asegura con contundencia. Lo cierto, es que si hay un producto sano y analizado es el de Frunet. "Lo cómico, para los que no se fían, es que han hecho una radiografía integral de nuestra empresa; ya quisiera cualquiera haber pasado por la auditoría que nosotros hemos tenido.

El responsable de la firma hortofrutícola, instalada en la localidad axárquica de Algarrobo, estimó que la mayoría de los clientes relevantes siguen confiando en Frunet, otros "no sabemos cómo los vamos a recuperar" y "algunos no sé si los conseguiremos pero nos da igual que algunos no nos quieran, no se lo merecen". Paradójicamente, la mayoría de los contactos en los países europeos se han mantenido, mientras siguen reticentes en Alemania, el país donde se originó el brote y desde donde indiscriminadamente se dañó a Frunet.