Fujitsu, más viva que nunca

Un ex directivo presenta hoy un libro sobre la historia de la emblemática factoría japonesa en Málaga durante cuatro décadas

Una parte de la primera plantilla de Fujitsu en 1978.
Una parte de la primera plantilla de Fujitsu en 1978.
Ángel Recio Málaga

01 de diciembre 2015 - 01:00

La fábrica de Fujitsu en Málaga tiene casi cuatro décadas de historia y en su planta han ocurrido miles de historias, tanto alegres como tristes. Para no olvidarlas lo mejor es tirar de documentación y recuerdos y sentarse a escribirla. Es lo que ha hecho Cristóbal Aragón, una persona que ocupó varios cargos directivos durante 33 años en esta emblemática factoría. "Hace unos años un ejecutivo visitó la fábrica y nos dijo a los trabajadores que sería bueno escribir la historia de la fábrica para que no se repitan las cosas malas, luego me prejubilé y me comprometí a hacerla", narra. Tras dos años de trabajo, esta tarde presenta en el Ayuntamiento el libro, de 331 páginas y dividido año por año, con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de Fujitsu España, Tadeo Kawasaki.

El trabajo ha sido exhaustivo e incluye cómo fue la gestación en 1975. Era estatal, se llamaba Secoinsa y estaba participada por Telefónica y Fujitsu. La fábrica no se iba a instalar en Málaga, sino en un pequeño pueblo de Cantabria. No obstante, el entonces ministro de Trabajo, José Solís, era cordobés y luchó porque la factoría fuera a parar a Andalucía. Lo intentó en Córdoba y al no encontrar un espacio apropiado acabó en Málaga.

Empezaron en el polígono El Viso y en 1979 se trasladaron al Guadalhorce, donde permanece actualmente. Fujitsu se ha hecho mundialmente conocida por la fabricación de cajeros automáticos o de impresoras matriciales, pero "hemos hecho productos que la gente ni se imagina", cuenta Aragón. Por ejemplo, en la fábrica malagueña de Fujitsu se hicieron en 1995 las primeras tarjetas que permitían el paso por los tornos en el Santiago Bernabéu. "El Real Madrid nos encargó 70.000 carnés y fue curioso porque no nos dio tiempo a tenerlos todos en la primera jornada de liga, aunque afortunadamente el Madrid jugaba fuera y sí las tuvimos para la segunda jornada", rememora. No le dio buena suerte, pues el equipo blanco perdió 1-2 contra el Bilbao. También han hecho en esta empresa las placas luminosas del primer videomarcador en el Martín Carpena o fomentó la creación de la escuela de ingenieros de Telecomunicación en Málaga, ya que la empresa solicitó que se impartiera esa formación universitaria para poder contratar a personal local.

Entre los momentos más felices, Aragón vuela hasta 1988. Fujitsu adquirió la totalidad de la planta y pasaron de hacer pequeñas producciones a ser una potencia. "Fabricábamos una matricial cada 30 segundos, las exportábamos a toda Europa y parte de América y llegamos a tener más de 800 personas en plantilla", indica.

En el polo opuesto, afirma que el momento más difícil se produjo en 1993 cuando hubo un expediente de regulación de empleo y se despidió a 250 personas. "Fujitsu no tenía productos para darnos y la planta se vino abajo. Nos tuvimos que buscar la vida. Empezamos a fabricar placas de televisores, de teléfonos, de aires acondicionados... Eso nos dio la suficiente carga de trabajo hasta que remontamos con los cajeros y luego fuimos al mercado del automóvil con el que seguimos ahora", dice Aragón. Otro "palo" importante fue la inundación de 1989, que anegó la fábrica en el Guadalhorce. "Yo tuve que salir a las cinco de la mañana en un coche del ejército", señala.

Aragón hace hincapié en que "Fujitsu ha hecho muchas cosas en Málaga" y las sigue haciendo. Actualmente tiene medio millar de empleados y numerosos contratos a largo plazo con entidades como Caixabank. Han editado 500 ejemplares, pero no estarán a la venta sino que serán para uso interno. Si Fujitsu mantiene su misma apuesta habrá que escribir otro libro dentro de unos años.

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