Fusión religiosa y popular

La romería de El Rocío, a la que llegan numerosos peregrinos, es una de las más famosas y multitudinarias que existen El camino de Sevilla es el más conocido de todos los que conducen hasta Huelva

Fusión religiosa y popular
Fusión religiosa y popular

29 de mayo 2014 - 01:00

A falta sólo de dos semanas para que la Blanca Paloma pase delante de la casa hermandad de Huelva, los preparativos para la romería de El Rocío, una de las más multitudinarias de España, están ya prácticamente listos. Tras haber recorrido a pie, a caballo o incluso en carretas alguno de los distintos caminos que llevan hasta la aldea, una inmensa multitud de devotos de diversas hermandades llegará a las puertas de la ermita. De esta forma, al filo de la medianoche, concretamente en la madrugada del lunes de pentecostés, se procederá al rezo del Santo Rosario y comenzará la procesión, pasando todos los simpecados por delante de la ermita hasta que llega el de la hermandad matriz de Almonte, que entra en la ermita y debe llegar al presbiterio. Es precisamente en ese instante cuando se produce el salto de la reja.

Posteriormente, los almonteños asaltarán la ermita (lo que se conoce como salto de la reja) para sacar a la Blanca Paloma, como popularmente se llama a la Virgen del Rocío. La Romería del Rocío, que se prolonga durante una semana, se erige en una manifestación de religiosidad popular andaluza que homenajea a la Virgen que lleva su nombre. Ésta se encuentra en la Ermita de El Rocío, que se halla en la aldea almonteña del mismo nombre, en la provincia de Huelva. Durante la celebración, la aldea, con cerca de 2.000 habitantes, se convierte en la tercera ciudad de España por número de habitantes.

El Rocío atrae también a un centenar de cofradías de todas las poblaciones cercanas a Cádiz, Huelva y Sevilla Los peregrinos atraviesan a pie, otras veces en barca, las marismas del delta del Guadalquivir, para llegar al Rocío, en el límite del Parque Natural de Doñana.

El momento álgido del fervor colectivo se alcanza en la noche del domingo 8 al lunes 9 de junio: engalanada, ceñida con sus collares barrocos, la paloma de las marismas sale, por fin, de su santuario. La Virgen desfila entre una marea de admiradores.

Los días grandes de El Rocío son el fin de semana y de ellos destaca en mayor medida la madrugada del Domingo al Lunes de Pentecostés, cuando la Virgen se reencuentra con sus fieles en una procesión que comienza con el salto de la reja y termina bien entrado el día encomendándose a la Blanca Paloma hasta el año siguiente. En torno a un millón de personas peregrinan año tras año a la aldea de El Rocío para disfrutar de uno de los acontecimientos más genuinos e inigualables del mundo. Más de un centenar de hermandades filiales las que previsiblemente acudirán a su cita anual con la Blanca Paloma.

Además de los distintos actos de devoción que caracterizan a El Rocío, en la romería también se canta, se baila, se come, se bebe, se disfruta...Y es un buen ejemplo del carácter abierto y alegre de la gente de esta tierra. Durante el resto del año, la aldea, más tranquila, acoge a todos los visitantes que desean conocer el centro de una pasión que trasciende lo religioso y se convierte, año tras año, en un verdadero acontecimiento social.

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