Málaga

Los perros de Gala le descubrieron su "paraíso" en Alhaurín el Grande y ahí yacen

Antonio Gala.

Antonio Gala. / Efe

Para el escritor Antonio Gala, fallecido este domingo en Córdoba a los 92 años, la finca "La Baltasara", en Alhaurín el Grande, era su "paraíso", que descubrió cuando uno de sus perrillos se coló en ella y entró a buscarlo; él ya se quedó a vivir ahí mucho tiempo y en ese lugar están los nichos de nueve canes suyos, como Troilo, Ariel o Mambrú. "Aquí ha escrito prácticamente toda su obra narrativa", destaca a EFE la alcaldesa de esta localidad, Antonia Ledesma, que compartió con él té y bollos de aceite, "un dulce típico de Alhaurín que a él le gustaba mucho". Llegó a Alhaurín el Grande en 1987, inicialmente iba por temporadas, sobre todo en primavera y verano.

"Cuanto tuvo casa en Madrid pasaba la mitad del año allí y la otra mitad aquí, pero cuando vendió su casa en Madrid se vino a residir aquí, y aquí ha estado casi 12 años de manera continua", recuerda, por lo que durante tiempo fue no su segunda, sino su primera residencia. A través de unos amigos como Paco Campos, de Bodega El Pimpi, buscaban una finca para Gala en la comarca del Valle del Guadalhorce, próximo a la capital. Le llevaron a varias, entre ellas a una de Alhaurín de la Torre, y fue a Alhaurín el Grande de visita. Se hospedó en una casa antes de comprar "La Baltasara" y "un día dando un paseo con los perros, el perro se coló en la Finca La Baltasara y cuando él entro a buscarlo fue cuando él decía 'este es el pueblo que yo soñé, este es el sitio que yo soñé'; decía que el destino te conducía a donde tenías que llegar y el destino le trajo hasta aquí".

"El pueblo que yo soñé" es aquella frase de Gala que es un gran lema promocional y "La Baltasara", hoy Casa Museo Antonio Gala, "un espacio privilegiado, con una casa andaluza, sencilla, bonita con una arboleda gigante, con una magia especial donde nada más entrar ya puedes vivir lo que Antonio Gala sentía allí". Allí están sus bolígrafos, sus libros, su cama. "No estamos hablando de un espacio que es una recreación de la casa de Antonio Gala; es la casa de Antonio Gala, y además tiene allí los nichos de sus perrillos, sus nueve nichos, donde tienen a todos sus perritos, Troilo, Ariel, Mambrú..., un espacio que merece la pena visitar". La asistencia del propio autor en la localidad a la entrega del Premio de Poesía para jóvenes que lleva su nombre "trajo muchos momentos buenos de intervenciones, de lecturas suyas", recuerda Ledesma, que destaca que "estar a su lado era un lujo".

El pueblo que "adoraba" se pondrá de luto por la muerte del que era su Hijo Adoptivo e Hijo Predilecto, al que le compró a finales de 2000 "La Baltasara", morada que él dejó en la Navidad de 2018 porque "tenía otras necesidades de atención y se trasladó a Córdoba". La casa de Gala reabrió hace año y medio y ahora acoge conciertos, lectura de poemas o la entrega del premio de poesía entre otras actividades mediante un convenio con la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. Aquél jardín secreto del autor hoy es visitable.

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