"El Guadalmedina se ve desde todas partes y debería estar decente y limpio"

Andrés Castillo es granadino pero se conoce la actualidad de la capital malagueña al dedillo. Dirige el hotel NH Málaga desde hace siete años y en este establecimiento han organizado todo tipo de actos relacionados con la política, la sociedad, la cultura o la economía local. Tiene una actividad frenética y va siempre con dos teléfonos encima. Afirma que su trabajo es "muy distinto" del que aparecía en la famosa serie de los 80 Hotel, pero se siente afortunado de poder realizar esta labor.

-Es director de uno de los hoteles más conocidos de la capital. ¿Qué balance puede hacer de este 2011 que está a punto de terminar?

-Ha sido un año bastante duro aunque la ocupación se ha comportado bastante bien. Estamos notando que estamos en plena crisis en materia de eventos y convenciones, donde sí se hemos tenido una caída importante. Los eventos se contratan con mucha antelación. En 2009 no nos dimos cuenta del descenso porque estaban contratados con anterioridad, pero en 2010 y 2011 sí que lo hemos notado.

-¿Qué ocupación media tienen?

-Estamos en un 75% en todo el año.

-Está muy bien.

-La verdad es que sí.

-¿Qué perfil de cliente tienen?

-Nuestro principal cliente entre semana es el de negocios y trabajo. Los fines de semana y en vacaciones llegan los particulares, los turistas. Éstos últimos hacen pequeñas visitas a la ciudad de dos o tres días pero vienen cada vez más y buscan los museos y la cultura así como el clima y la gastronomía. El turista nacional es el que ha repuntado mucho.

-¿Qué previsión tiene para el próximo año?

-Espero que haya una recuperación. Planteamos el año con esperanza y pensado que puede ser un buen año a partir del segundo semestre porque las perspectivas para los primeros meses son negativas. En cualquier caso, soy optimista porque las reservas se cierran ahora con muy poco tiempo de antelación y esa primera parte del año podría mejorar.

-Ese cambio de tendencia en las reservas ha obligado a los hoteleros a cambiar el chip.

-Totalmente. No nos gusta en absoluto porque prefieres tener una previsión de la ocupación y de los eventos, pero no hay más remedio que acostumbrarse a vivir en el día a día.

-¿Se sufre mucho por las noches al no saber cómo estará de lleno el hotel la siguiente semana?

-A veces sí. Se pasa mal pero luego te sorprendes y ves que la ocupación da un repunte grande que no te esperabas.

-En los últimos años se han abierto muchos hoteles en Málaga, ¿afecta mucho la competencia?

-Ahora se puede notar algo más pero creo que la competencia es buena si queremos conseguir grandes eventos en Málaga. Quizás ahora habría que parar durante un tiempo, pero soy partidario de que se hagan más hoteles en la ciudad si son de nivel. De hecho, nosotros fuimos los primeros en asentarnos a la ribera del Guadalmedina y desde entonces, hace 12 años, se ha conseguido mejorar esta zona que estaba algo degradada y que pase a ser el centro de la ciudad. Casi todos los hoteles nuevos se han abierto por esta zona.

-En Málaga solo hay un hotel de cinco estrellas ¿cree que es necesario alguno más?

-Los hoteles de cuatro estrellas que hay en Málaga tienen una gran calidad y cubren el segmento de cinco estrellas sin ningún problema. Si llegase algún cinco estrellas que aportase, nos trajese clientes y marca no me importaría. Si no es así, no es necesario.

-Usted tiene trato diario con los turistas. ¿Qué es lo que dicen? ¿Qué es lo que más le gusta de Málaga?

-Se sorprenden del cambio que ha dado Málaga en los últimos diez años. Lo que más le gusta es el clima, la comida y el trato que reciben de los malagueños.

-¿Y lo que menos?

-Quizás lo peor es que Málaga debería mejorar en temas de limpieza. Los que vienen de fuera lo perciben. Es clave porque es la imagen que se llevan.

-¿Cuál es la situación más rara o divertida que se ha encontrado en este hotel?

-Anécdotas hay miles. Es un trabajo con personas y no dejan de suceder muchas cosas. Unas divertidas y otras no tanto. Recuerdo un piloto de una compañía aérea que se levantó medio dormido, fue al baño desnudo, se equivocó de puerta y salió al pasillo. Se le cerró la puerta y no tenía llave. Tuvo que bajar desnudo a recepción a pedir una.

-Se despertó completamente.

-Sí, [se ríe] se le quitó todo el sueño.

-¿Y la más llamativa o peligrosa?

-Nosotros hemos alojado por ejemplo a Gadafi o al equipo de baloncesto del Maccabi y han sido los dos eventos con mayores medidas de seguridad que yo he vivido. El hotel estaba blindado. Con Gadafi había casi 200 personas que lo acompañaban. Con el equipo de baloncesto eran unos 30, pero el despliegue era espectacular.

-¿Qué recuerda de la visita de Gadafi?

-Cogió cuatro suites y nunca llegamos a saber en cuál durmió por motivos de seguridad. Pidió que le montásemos un tablao flamenco para la noche. Venía con las mujeres soldado, todas vestidas de militar.

-¿Qué decían el resto de clientes?

-Los habituales estaban impresionados. No llegaba a molestar pero era llamativo. Nadie nos dijo que estuviera incómodo.

-¿Compensa esa tensión?

-Estamos acostumbrados y vivimos con ella. Es parte de nuestro trabajo.

-Imagino que no hubo problemas con la factura.

-No, [se ríe]. Pagaron sin problemas.

-Málaga está en el primer nivel deportivo en fútbol o baloncesto. ¿Hay pique entre los hoteles por captar los equipos?

-La verdad es que no. Es como cualquier otro cliente. Es la ley de la oferta y la demanda. Muchos de esos equipos se han quedado con nosotros. Casi todos han pasado por aquí.

-¿Es incómodo tener tanta gente en la puerta para ver a sus ídolos?

-Es un poco molesto pero convivimos con ello. No dejas de pensar que son chavales que están deseando ver a sus ídolos y pedirles un autógrafo o una foto. Es lógico y normal.

-¿Son muy especiales los jugadores del Madrid o el Barcelona?

-La gente piensa que sí pero no es así. Son personas muy normales. Son muy accesibles y si no lo son más es porque su club no se lo permite.

-Hablaba usted de la importancia de la organización de eventos en el hotel, ¿qué peso tiene en el negocio?

-Bastante porque tenemos un centro de convenciones unido a un hotel. Tenemos 1.500 metros cuadrados de sala y eso hace que todos los días tengamos varios eventos a la vez. Eso acarrea muchos servicios paralelos de comida, café a media mañana o media tarde...

-¿Cuál ha sido el mayor evento que han organizado en su hotel?

-Lo más grande ha sido organizar cenas de Navidad para 1.500 personas. Es impresionante ver todas esas mesas montadas.

-¿Les hace el Palacio de Ferias mucha competencia?

-Somos complementarios porque los hoteles no tenemos acceso a los grandes eventos que sí tiene el Palacio. Nosotros solemos captar congresos medianos o pequeños.

-El NH está justo al lado del río Guadalmedina. En ese eterno debate sobre su futuro ¿qué le gustaría a usted que se hiciera?

-Lo que más me gustaría sería que el río estuviera siempre decente y limpio. Sé que el momento económico es complicado para emprender cualquier obra pero me encantaría que el proyecto que salga, bien sea cubierto o fluvial, se haga cuanto antes. Mientras tanto, pido que tenga mejor aspecto. El río divide la ciudad y se ve desde todas partes.

-¿Cuál de las opciones le gusta más?

-Creo que el río embovedado le daría un cambio positivo a la ciudad tremendo.

-¿Por qué?

-Recuperaríamos muchísimo espacio en el centro de Málaga para zonas ajardinadas, sitios para eventos, etcétera. Son muchos metros cuadrados los que se pueden recuperar.

-Su hotel también está al lado del Cristo de Mena. Imagino que será casi imposible encontrar habitaciones libres para el Jueves Santo.

-Se pueden conseguir habitaciones pero es difícil tener las que dan a la parte del Cristo, que son unas 40. Cada habitación tiene sus clientes fijos desde hace 12 años y repiten cada año. La gran mayoría de los clientes son de Madrid, Granada, Sevilla, Bilbao... Si alguien se da de baja se va ascendiendo en la lista.

-¿Tienen una lista de espera?

-Sí. No sabría decirle cuántas personas hay pero son muchas.

-El próximo domingo son las elecciones generales. ¿Qué le pediría a los políticos?

-Sobre todo que nos saquen de esta creando empleo. Es cierto que la sociedad en general tiene que cambiar y darle valor a la cultura del esfuerzo y pensar que no se puede conseguir nada sin trabajo y sin honradez. Los políticos tienen que ayudar creando empleo. Es clave. Cuando exista un poco de confianza, la inversión volverá y así se crea trabajo y es un círculo.

-¿Piensa ir a votar?

-Sí. Seguro. Deberíamos ir todos.