Guadalteba y Guadalhorce, pantanos con encanto

Cientos de personas se acercan los fines de semana atraídas por la belleza de estas presas y a practicar actividades de ocio

Al fondo se observa una embarcación de vela, en uno de los pantanos.
Al fondo se observa una embarcación de vela, en uno de los pantanos.
Javier Flores / Antequera

13 de diciembre 2010 - 01:00

Los pantanos del Conde del Guadalhorce, Guadalteba y el Guadalhorce se han convertido en un gran atractivo turístico para la zona, hasta el punto de que son cientos de personas las que cada fin de semana se acercan a sus alrededores. Unos, atraídos por el agua y la arquitectura; otros, para practicar actividades de ocio, como la pesca o deportes náuticos. Pero, incluso, ya no es raro encontrarse entre semana a muchos curiosos o auténticos seguidores del estado de los tres embalses, que no han querido perderse como estas presas han rozado el límite de su capacidad y han tenido que desembalsar durante las dos últimas semanas.

Esta circunstancia permite a los visitantes poder apreciar uno de los fenómenos más singulares de las presas, y es que Guadalhorce y Guadalteba se unen en su cabecera cuando el nivel de agua llega a su máxima capacidad. Este fenómeno es de los que más comentarios suscita en internet, en los foros dedicados a hablar de los pantanos. Tras diversas preguntas y respuestas, este año se ha comprobado que fue el Guadalteba el primero el verter sobre el Guadalhorce.

La unión de ambos embalses ofrece una imagen espectacular desde algunos de los miradores ubicados en los montes próximos y a los que se puede acceder con facilidad desde las carreteras y caminos que los recorren. Incluso, existen aparcamientos habilitados para facilitar la llegada de los visitantes a la zona.

Mientras unos llegan a los pantanos para plasmar en imágenes estas inmensas masas de agua que serpentean entre los bosques de pinos que las acogen, otros prefieren las actividades náuticas que ofrecen algunos de los centros que hay en la carretera de montaña que une los pantanos con la localidad de Ardales. Hasta se puede ver como hay quien se atreve con la vela, dado que en esta zona el viento suele soplar con fuerza.

Otros simplemente se acercan a contemplar el paisaje formado por agua y montaña, mientras degustan las tradicionales comidas del lugar en algunos de los varios restaurantes y ventas que se encuentran en los alrededores.

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