Happy Box entrará en Sevilla en marzo y prevé dar el salto a Barcelona y Madrid
La empresa de mensajería rápida quiere cerrar el año con 800.000 euros de facturación
La empresa malagueña de mensajería rápida Happy Box hace honor a su sector y ha diseñado un ambicioso plan de expansión que le llevará a trabajar en Sevilla, Barcelona y Madrid este año. Está confirmado que entrarán en la capital hispalense en marzo y, si todo va según lo previsto, darán el salto a Barcelona y Madrid después del verano. Ese empuje les permitiría cerrar el ejercicio con una facturación de 800.000 euros y multiplicar por cuatro su plantilla, pasando de sus cuatro empleados actuales a 18. Inició su actividad en octubre, por lo que cumpliría un año por todo lo alto, aunque sus responsables defienden ir paso a paso.
Su modelo de negocio es escalable y, una vez consolidada su plataforma y logística local, la clave es realizar una buena labor comercial para poder acceder a esos nuevos mercados. Happy Box está especializada en el transporte local, conocido como última milla. Ofrece envíos en una ciudad en el plazo máximo de una hora, comprometiéndose a devolver el dinero si se emplea más tiempo. El funcionamiento es el siguiente. Se entra en la plataforma de Happy Box (se puede hacer por internet o por el teléfono móvil a través de IOS y Android), se fotografía el paquete, se pone el origen y el destino, y se paga on line. Los diversos mensajeros con los que cuenta la compañía ven el pedido y uno de ellos lo selecciona, en función de su cercanía o interés. "Uno de los elementos que nos diferencia y nos da valor añadido es que el cliente ve en todo momento quién es el mensajero que va a recoger y entregar el paquete, su fotografía, su nombre y su teléfono, por lo que así creamos una mayor sensación de confianza", explica Juan Pineda, uno de los socios.
Ofrecen el servicio tanto a particulares como a empresas, aunque es en el mundo empresarial donde tienen más movimiento. Empezaron con varios comercios para ir probando el sistema y en estos momentos trabajan con unas 50 compañías de la capital de todo tipo de sectores, desde floristerías o joyerías hasta clínicas dentales, suministros de oficina o tiendas de reparación de teléfonos móviles. En diciembre empezaron a colaborar con la tienda de libros on line Agapea y ahora se ha sumado Casa Kiki, una panadería que se ha hecho famosa en la ciudad por sus palmeras rellenas. El pasado fin de semana, por San Valentín, realizaron más de un centenar de envíos.
Happy Box está formado por seis socios -Juan Pineda, Chris Orejuela, José Ferrer, Jesús Pedrero, Alvaro Villacorta y Guillermo Meyer- aunque Pineda y Orejuela fueron los precursores. Trabajaban juntos en una compañía española de marketing on line y vieron que había una oportunidad de negocio en el sector del transporte de última milla. "Vimos que a veces tardan muchos días e incluso semanas en enviarte un paquete o que te dicen una franja horaria muy amplia que te obliga a estar todo el día en la casa esperando, por lo que poder recibir un paquete en una hora era una oportunidad", comenta Orejuela. Necesitaban un socio tecnológico y se sumó José Ferrer, propietario de la firma Solbyte, especializada en aplicaciones y en gestión de flota. Posteriormente entraron el resto de socios, cada uno especializado en un segmento. Esa experiencia les está permitiendo crecer sobre seguro, con el asesoramiento además de Telefónica a través de su implantación en el centro La Farola del programa Open Future. Empezaron invirtiendo 50.000 euros de recursos propios y ahora esperan lograr una financiación de entre 70.000 y 120.000 euros para impulsar su crecimiento nacional, alcanzando el punto de equilibrio tras el verano.
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