Málaga

Herido un niño de 3 años al caer por los barrotes del mirador de la Alcazaba

  • El menor presenta contusiones por todo el cuerpo, pero se encuentra estable dentro de la gravedad

Los servicios de emergencia del 061 y los bomberos junto a la Alcazaba durante la intervención.

Los servicios de emergencia del 061 y los bomberos junto a la Alcazaba durante la intervención. / javier albiñana

Un niño de 3 años resultó herido ayer tras caerse por entre los barrotes de la barandilla situada en uno de los extremos de la pasarela-mirador de la Alcazaba de Málaga, junto al Centro de Interpretación del Teatro Romano de la capital. El pequeño, de nacionalidad alemana, estaba con sus padres visitando el conjunto monumental de la Alcazaba cuando, al parecer, tropezó y se precipitó por un estrecho hueco de unos siete metros de alto. El accidente tuvo lugar en torno a las 15:50, según informó el servicio de emergencias 112 Andalucía, apuntando que el niño podría haberse precipitado desde una de las barandillas del mirador situado en la calle Cilla.

El menor estaba consciente cuando fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital Materno Infantil, después de recibir una primera asistencia sanitaria en el lugar del suceso. Desde este centro hospitalario informaron a Málaga Hoy de que el pequeño estaba policontusionado, es decir, que presenta múltiples contusiones por todo el cuerpo, y que permanecía en observación a la espera de evolución. Así, según precisaron dichas fuentes, permanecía estable y fuera de peligro, dentro de la gravedad de las lesiones.

Uno de los trabajadores del Centro de Interpretación del Teatro Romano, que fue testigo de lo sucedido, explicó que el niño se había colado por la barandilla, apuntando a que la separación entre los barrotes de este tramo de la pasarela están muy separados entre sí, sin que exista malla de seguridad o protección infantil alguna. "Es raro que no haya pasado algo así antes con toda la gente que pasa por aquí", subrayó.

Según relató este testigo, desde el interior del Centro algunos trabajadores vieron caer al pequeño, primero a una zona en la que hay arena, y después hasta el fondo del estrecho hueco -de menos de un metro de ancho- que separa las escaleras del mirador y el edificio del Teatro Romano y que forma parte de una zona restringida de este espacio cultural. Así, ante los gritos de alarma de los padres, fueron los propios visitantes de este espacio los que prestaron los primeros auxilios al niño, entre ellos una enfermera que habría ayudado a taponar una brecha que tenía en la cabeza.

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